Apuntes al margen
Perrito doble con todo
El PP tiene marco para la campaña electoral de las andaluzas: el Moreno más cercano. O sea, Juanma
La visita de Juanma Moreno a las Cruces, en imágenes
LA fotografía de Rafael Carmona que acompaña a estas líneas resume, mejor que ningún análisis sesudo, la estrategia preelectoral y electoral del Partido Popular para las próximas elecciones autonómicas del 19 de junio. En la imagen, el presidente en funciones, y candidato (presumiblemente, liderando la lista por Málaga ), se come un perrito doble con todo, que es la forma correcta de visitar el Lucas , uno de los sitios de referencia para la cosa del bocata en el centro de Córdoba . Un sitio popular y barato. Lo que haría cualquier hijo de vecino una tarde cualquiera, con la salvedad de que el presidente de la Junta lo hace acompañado de treinta cargos públicos, otro tanto personal de apoyo y una nube de cámaras y micrófonos.
Esta va a ser la campaña de las cañas, de las casetas de las ferias, de las verbenas, de las posibilidades para el anecdotario que ofrece la primavera meridional. Los populares andaluces han montado el marco de su candidato, el relato de su campaña electoral, enseñando en las cortas distancias al vecino que te deja la goma de regar para quitar el polvo de la calima. Con el que se puede charlar de cualquier cosa mientras se espera el autobús . La del buen tipo que tiene toda la paciencia del mundo para hacerse todos los selfis con las señoras del barrio camino de la peluquería, con los chavales del barrio. Hasta en la marca, se le han retirado los apellidos. Juanma a secas.
Eso que en su día se llamó susanismo —y en Córdoba rosismo— ha demostrado ser una poderosa estrategia electoral. Por muy populista que pueda parecer la estrategia, que lo es y mucho, el votante quiere ver a gente normal haciendo cosas normales aunque sea durante un corte de veinte segundos. El candidato buen rollo, el que puede recibir votos de izquierda y derecha . La apuesta, en estos tiempos que corren donde el mal rollo prima, tiene su mérito.
Los números parecen salirse a los estrategias políticos de los populares con cifras que permitirían un gobierno monocolor en la Junta
Los últimos números demoscópicos parecen darle la razón al equipo de Moreno (al que hay que reconocerle el mérito de modelar un personaje), que ha acomodado el tiempo electoral a una serie de datos económicos y de elementos psicosociales dados al perrito doble con todo. IMOP - Insights aventuraba en su reciente encuesta para ‘El Confidencial ’ que el PP anda en estos momentos en la horquilla de los 50 a los 53 diputados, que es tanto como decir que tanto bocadillo como se va a comer esta criatura en las semanas que quedan hasta el 19 de junio tiene a tiro de piedra la mayoría absoluta —55 parlamentarios — o el gobierno en solitario que no necesite a Macarena Olona sino para las votaciones más relevantes de la legislatura.
Suceden dos cosas en estas últimas encuestas que se están dando a conocer. Parece que el votante andaluz de izquierdas ha desaparecido. Los votos sumados de PSOE y todo ese follón que tiene a su izquierda —parece mentira lo de Podemos e IU — suman 41 escaños en la encuesta citada incluyendo a Adelante Andalucía en una improbable coalición. Fueron 50 en las elecciones de 2018 y 52 en los comicios del año 2015 . Hasta en las autonómicas que ganó el PP en voto popular, la suma entre socialistas e IU llegaba a 59 parlamentarios. Sucede también que tal ‘dolce far niente’ solamente tiene un riesgo como saben los populares cordobeses de algunas convocatorias electorales de las municipales en las que iban sobrados. La anticipación de una victoria acaba con la gente en la playa. Ese es el gran riesgo de ese relato tranquilo, sonriente y de buen rollo.
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