Crónicas de Pegoland
Pasear la cabra
La ley acepta al cabrito como animal de compañía y sujeto de derechos

A Juan José Primo Jurado , articulista a fuer de historiador, pongo por testigo si digo que, hace unos días, pastando por El Correo , vimos a una pareja paseando a una cabra . Al principio, todos pensamos que la cosa era uno de esos perritos que ahora lleva todo el mundo y que se les quiere como a un hijo (si no más, porque no piden pasta). Pero no. Realizados los análisis morfológicos pertinentes (uno ya tiene una edad y la vista falla), resultó que aquello era un cabrito, o cabrita , que se nos enredó entre las piernas al director de la cosa del patrimonio histórico de la Junta y al menda, que por allí andábamos haciendo tiempo. Llevaba la cabrita, o el cabrito, su correa monísima para darse un paseíto por las Tendillas y tomar el fresco de estas tardes raritas de invierno sin perderse entre la gente.
Estaba uno que es de pueblo acostumbrado a ver las cabras en el campo , como suelen. A lo sumo , se llegaba a ver el numerito de la cabra , elemento de distracción de los años infantiles que consistía en que el caprino amaestrado subía por la escalera de mano al ritmo del pianillo. Eran tiempos en los que se vendían pollos de colores en el semáforo de la Ronda de los Tejares, retratados en aquella canción de Pabellón Psiquiátrico que hablaba del «tráfico de esclavos en Galerías Preciados». Precursor del animalismo El Patuchas, descanse en paz.
Es verdad que se han visto cosas más voluminosas por los baretos de Córdoba como perritos de todas las variedades abrigados con saquitos de punto y algún ejemplar de cerdo vietnamita . ‘Lola’ se llamaba y andurreaba con su dueño Cruz Conde arriba, Cruz Conde abajo saludando a las criaturas y dejándose acariciar por los parroquianos, que le ponían carita de chopped cuando el propietario no miraba. Cabras , tengo que decirlo, es la primera .
El pasado diciembre entró en vigor la nueva ley de bienestar animal en el que se regulan nuevas situaciones de las relaciones con las mascotas como las custodias compartidas en caso de divorcio. Regulación que modificó el Código Civil, la Ley Hipotecaria o los procedimientos de herencia y sucesión para advertir del siguiente principio legal: «Los animales son seres vivos dotados de sensibilidad». Puestos a advertir: la cabra queda incluida. Lo dice el BOE.
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