Crónicas de Pegoland
Ministro a la parrilla
Cómo cocinar a un miembro del Consejo de Ministros en campaña electoral
Iceta afirma que la reforma y la ampliación del Museo Arqueológico de Córdoba estarán acabadas en 2024
Elecciones en Andalucía 2022, en directo
Para la elaboración de esta receta , tome un ministro de temporada de peso medio. Cualquiera nos vale pero, si viene de buen año, el comensal agradecerá la grasilla suplementaria que produce un miembro del Consejo de Ministros enviado a toda prisa a hacer campaña electoral a la provincia de Córdoba una tarde cualquiera de este mes de junio que nos tiene a mal traer. Esencial que el ministro, o la ministra, vengan limpitos como la patena aunque en el proceso de ahumado siempre se les caen los molestos tejidos adiposos mesetarios.
Una vez tenemos al titular del Ministerio en situación, lo introducimos en una sala exigua con treinta o cuarenta personas . Todos fieles, por supuesto. Importante que haya poca ventilación y que el ministro no tenga agua a mano. Ya veremos que el ministro empieza a decir cosas raras cuando el oxígeno no le riegue el cerebro. Ejemplo: Iceta garantizando que el Museo Arqueológico estará disponible en 2024 cuando tiene una previsión de dos años de obras más doce meses de elaboración de proyecto con su correspondiente servidumbre administrativa. Y lo que te rondaré, morena.
Luego, importante, mandamos al ministro a una zona caliente del mapa andaluz . Sigamos con el ejemplo de Iceta: un mitin por la tarde en Montoro , conocida en todos los telediarios por ser la localidad más cálida de la Península Ibérica. Cosa que los naturales del municipio llevamos con cierta normalidad no usando traje y corbata salvo en los entierros, pero que los ministros no suelen advertir en tiempo y forma porque son ministros y no son de Montoro, las criaturas. Conviene antes de entrar a saco orear bien al ministro: que abrace a mucha gente y apriete manos antes de ponerlo al fuego. Eso deja las carnes más jugosas, dónde va a parar.
Ahí ya podemos empezar a salpimentar al gusto nuestra pieza de ministro que nos han llegado directamente desde Moncloa. El aceite, siempre de oliva virgen extra . El vino, generoso y que no falte. A la hora de dar el mitin veremos que el ministro va cogiendo la color buena, que la piel otrora rosada se va tostando y ganando textura crujiente. Que el ministro empieza a oler como debe cuando lleva un rato a la parrilla . Vuelta y vuelta hasta que las lascas de ministro se despeguen del hueso, suaves como beso de novia. Sírvase con su buena fuente de patatas y un lebrillo de gazpacho fresquito de habas secas.
Y de postre, torrijas .
Noticias relacionadas