Crónicas de Pegoland
El miedo a la normalidad
Existe una pulsión de terror a la ausencia de restricciones ante el Covid
Cuando en los institutos había catedráticos, a los chavales nos daban a leer, de forma obligatoria, ‘ El miedo a la libertad ’, la obra de referencia de Erich Fromm, un intelectual alemán que huyó del nazismo, coqueteó con el socialismo real y apoyó a todos los pacifismos de los cincuenta en adelante cuando se cayó del guindo del poder a los soviets como tantos otros.
Desconozco si el libro sigue siendo de trágala —la alternativa, si no recuerdo mal, era ‘ El lobo estepario ’, de Hesse, otro que tal— pero voto a bríos que no estaría mal que alguien hiciera una edición para repartirla gratis en estos tiempos que corren. [ Pregunta al margen : ¿Se imaginan a estos muchachos de ahora soltándoles tan tremendo muermo sobre un tema clave para la sociedad de nuestro tiempo?]
La cosa es que hoy, muy probablemente, la Junta retirará todas las restricciones que quedaban sobre el Covid en Córdoba. Será la primera vez desde el 13 de marzo de 2020 en el que usted, querida amiga, podrá llegar a casa a las siete de la mañana directa desde su abrevadero preferido. Muy probablemente, Fromm me hubiera tirado el ejemplar de tapa blanda a la cabeza porque la libertad no es eso. En adelante, le tocan a usted y a mí las prescripciones para no facilitar las cosas a la circulación de una enfermedad que, para una parte de quien la contrae, acaba en la muerte .
Sucede que Fromm decía algo así como que existen pulsiones de rechazo a la libertad , de gentes y sociedades que se abrazan a las actitudes autoritarias. Les dan seguridad, sentido a sus vidas. Sucede también que existe un miedo a la normalidad como hemos visto en los polis de los balcones, de las redes, que chiflaban desde su púlpito.
De personas a las que les sigue dando yuyu ver a más gente de la cuenta en un lugar determinado. Que se echan las manos a la cabeza —ay, señor— cuando les llega al móvil el vídeo de los chavales pegándose la fiesta o haciendo cola para entrar en la discoteca. Que ven una plaza de toros o un campo de fútbol y se hacen preces como las beatas de mi pueblo cuando los muchachos y muchachas acababan de leer a Fromm y obraban como se obra cuando se tiene la normalidad por delante .
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