Crónicas de Pegoland
Diatriba anual contra Fitur
La feria se llena de paseantes innecesarios a costa del contribuyente
La asociación Emcotur , una organización que defiende los intereses de los empresarios turísticos con especial incidencia en el mundo rural, remitió ayer a los medios un correo sobre su participación en Fitur que arranca con la siguiente frase: «Nuestra presencia de este año va a ser exclusivamente profesional» . Ergo hay dos maneras de acercarse a la Feria Internacional del Turismo que se lleva a cabo en Ifema durante estos días: A pasearse y a trabajar.
La primera es la que permite que un montón de personas (que suelen tener un salario público) dejen sus quehaceres para hacer no se sabe muy bien qué. Allí que van las criaturas a pesar de que no tienen competencias, conocimientos ni intenciones de hacer nada constructivo durante los dos o tres días que se tiran en Madrid. Pegarse un rule por la capital, llegarse a Huertas en horario nocturno (o a Chueca , que para gustos colores) y salir durante unos días de la rutina que es la que mata las relaciones de amor verdadero, churri.
Luego hay gente que va a reunirse con otra gente porque tiene un negocio y necesita contactar con intermediarios, conocer nuevos formatos o cerrar acuerdos de colaboración que, en el futuro, consolidarán su empresa. Criaturas que trabajan en instituciones turísticas que se pegan horas de trabajo recibiendo a otros, saludando sin ganas y bebiendo sin sed . Estos últimos, benditos sean. Para los otros tengo un mensaje: se puede ir a Madrid pagándoselo uno de su bolsillo, tirando de la tarjeta de débito particular. Malasaña, o Chueca, incluido.
Aquí se escribe anualmente una diatriba anual contra Fitur que este año va a ser la más fina y matizada. Quizá porque nos hacemos mayores, carne de tercera dosis . Quien va para nada, que rara vez se lo paga de su bolsillo, aire. Si las cosas fueran como es debido, antes de pagar una dieta por Fitur se debería preguntar a la gente ociosa de los pabellones a qué puñetas fue a Madrid, con quién se vio, cuál fue el objetivo de su trabajo. Pero no. El AVE se llena todos los años de innecesarios paseantes a costa, siempre, del contribuyente.
Noticias relacionadas