Contramiradas

Rafael Muñoz, nadador de Córdoba: «El éxito es arma de doble filo. A mí me destrozó»

El deportista, que batió el récord del mundo de mariposa, se sumió después en una depresión

Rafael Muñoz en su localidad actual de residencia Inés Baucells
Aristóteles Moreno

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El 4 de abril de 2009, un joven nadador cordobés pulverizó el récord del mundo de los 50 metros mariposa . El crono se congeló en 22,43 segundos en los Campeonatos de España celebrados en Málaga. Nunca antes la barrera de los 23 segundos había sido franqueada por un deportista europeo. El nombre de Rafael Muñoz se catapultó desde el cordobés barrio de Vista Alegre a la prensa deportiva de medio mundo. Tres meses después, el nadador se subió al podio del Mundial de Roma junto a dos leyendas de la cubeta: Michael Phelps y Mirolad Cavic.

Había nacido un súperclase. Pero algo comenzó a fallar . La nueva estrella de la velocidad, en la cima de su carrera con tan solo 21 años, desapareció del radar y se sumergió en un desconcertante agujero de turbulencias emocionales . Aún tuvo tiempo, no obstante, de meterse en el bolsillo tres medallas de oro y una de plata en los Europeos antes de colgar el bañador definitivamente en 2015 . Hoy vive apaciblemente en Barcelona, donde ha fundado una familia y trabaja en el área de logística en una multinacional deportiva. Al otro lado del teléfono, su voz suena pausada y reflexiva.

Hace más de diez años tocó el cielo con una mano y el infierno con la otra. ¿En qué estado se encuentra ahora?

Toqué el cielo con la mano y el fondo con los pies . Me quedé con el pecho al descubierto. Fueron dos extremos muy elocuentes. Estás en lo más alto pero también en lo más bajo. Desde hace años estoy totalmente recuperado. He resurgido de las cenizas como el ave fénix. Y me encuentro de puta madre.

¿El éxito es una práctica de alto riesgo?

Es un arma de doble filo. Puedes encajarlo bien o desafortunadamente te puede destrozar como persona. A mí me destrozó pero no me quitó de en medio. Y tuve que gestionar ese reconocimiento social que en su momento hubo.

¿Lo ha digerido ya?

Sí. Hace ya mucho tiempo. Después de sufrir mi cuadro depresivo me respaldaron otros resultados deportivos, como son dos o tres veces campeón de Europa . Ha habido un refuerzo y un volver a poder confiar en mí a nivel deportivo porque me lo he ganado a pulso.

Si yo le digo 22,43, ¿cómo se le queda el cuerpo?

Pues como hace 11 años: aún no me lo creo . Son cosas que uno no se tiene que creer. Sabes que lo has hecho pero te quedas muy incrédulo. Es uno de los récords del mundo más longevos y me enorgullece que haya durado casi una década. Y más de un cordobés.

En una entrevista que concedió a ABC Córdoba en 2012, dijo usted: «Nadar es una forma de huida». ¿Sigue en fuga?

No. No sé cómo dije aquello. Nadar no es una forma de huida, sino un estilo de vida. Y una manera de evadirte. Tenga en cuenta que tienes la cabeza debajo de agua durante muchas horas de entrenamiento donde te da tiempo a pensar mucho.

¿Y ahora en qué piensa?

Ahora no nado .

Pero piensa.

Pienso en mi vida y en mi futuro . Mi vida de nadador ya ha quedado al margen.

«Soñé con Londres 2012 y Río 2016. Río lo vi muy lejos y Tokio, inalcanzable»

Rafael Muñoz

Nadador

¿Ha soñado con Tokio 2020?

Soñé con Londres 2012 y Río 2016. Río lo vi muy lejos y Tokio, inalcanzable . Y también digo de forma reivindicativa que, si el 50 mariposa fuese olímpico, el esfuerzo por mi parte hubiera sido mayor para poder participar.

¿Enciende la televisión para ver las Olimpiadas?

No.

¿Por qué?

Rafa Muñoz Inés Baucells

Más que nada porque son horas en que estoy durmiendo. Sí le digo que no me hubiera importado comentarlas con algún medio de comunicación como han hecho ex compañeros del equipo olímpico. No se ven igual las Olimpiadas desde un plató de televisión que desde casa.

Simone Biles, la mejor gimnasta de la historia, ha dicho tras renunciar a varias finales lo siguiente: «En el tapiz me siento sola luchando contra demonios de mi cabeza». ¿Le suena la frase?

Tenga en cuenta que es un deporte individual y estás solo con tu mente. El momento de desconexión es mínimo. La frase no me es familiar pero con el sentimiento sí me siento identificado.

¿Y qué ha sentido cuando la escuchó?

No puedo decir que me haya sentido aliviado cuando algún deportista está sufriendo pero sí que me he dado cuenta de que este síntoma mental de inseguridad es cada vez más común. Lo mismo que ocurre en personas ocurre en deportistas . Y deben sentirse más respaldados institucionalmente para que no tengan miedo a exteriorizar esas inquietudes. Que lo mismo que se quejan de un hombro, un brazo o una cadera, puedan decir: «Oiga, tengo esto en la cabeza y vamos a ponerle solución».

Con mitos de la natación

La fotografía de Rafael Muñoz junto a dos mitos de la natación, Michael Phelps y Mirolad Cavic , en la final de 100 metros mariposa de Roma ya es historia. Aquella imagen legendaria tendría, de alguna manera, consecuencias nefastas para el deportista cordobés. El 25 de mayo de 2010, Rafael Muñoz desaparece del radar de la Agencia Mundial de Dopaje . Nadie conoce el paradero de la joven estrella. Y se disparan todas las alarmas. La Federación Internacional de Natación avisa que el nadador se enfrenta a una sanción de hasta 2 años de inhabilitación si no justifica adecuadamente su repentina espantada. Su brillante carrera se desliza peligrosamente por el filo de la navaja.

Rafael Muñoz afrontaba un cuadro depresivo. El éxito es un arma de doble filo y el nadador se estaba dejando la piel en el acero. Fue entonces cuando se puso en manos de un especialista, el psicólogo Juan Carlos Jaenes, que lo ayudó a salir del pozo. Su informe pericial fue clave para que el Panel Antidopaje de la Federación Internacional de Natación lo absolviera de una más que previsible sanción. Y lo que es más decisivo: le dio las herramientas para reordenar su cerebro y apaciguar sus turbulencias. Aún hoy, más de una década después, Rafael Muñoz y Jaenes mantienen un contacto informal a pesar de la distancia.

A punto estuvo de despeñar su vida por una pendiente sin retorno. Confiesa que coqueteó con el alcohol y que rondó por su cabeza la sombra del suicidio. Afortunadamente, todos esos nubarrones se encuentran hoy despejados de su firmamento.

Muñoz posa en su localidad de residencia Inés Baucells

Depresión, alcohol, suicidio. ¿Cómo se sale del pozo?

Tocando fondo y con mucha sangre fría. Y, sobre todo, teniendo ganas de ponerle remedio , porque el camino más fácil es tirar la toalla. Por desgracia, muchos deportistas se han visto solos y han tirado la toalla. Es una pena por ellos y porque gente que ha representado a un país se encuentren desamparados.

¿Por qué la depresión es aún hoy día un estigma?

Si hablar de psicólogos es tabú, todo lo que viene detrás o delante también es tabú. Yo quizás lo veo normal porque lo mismo que voy a un peluquero para cortarme el pelo, voy al psicólogo para amueblarme la cabeza . Tengo cierto desorden y tengo que ordenarlo. Es un estereotipo que se ha generalizado.

¿Y qué descubrió en aquella terapia?

A darle valor a todo lo conseguido hasta entonces y a mi vida. Empecé a revertir el engranaje y en lugar de ir hacia atrás fui hacia adelante . No creérmelo ni ir de prepotente pero sí darle el valor que tenían que tener todos aquellos méritos, reconocimientos y diplomas que conseguí a nivel deportivo.

Rafa Muñoz en la actualidad Inés Baucells

De récordman del mundo a empleado en una multinacional. ¿El de la humildad es el baño más importante en la vida de un ser humano?

En la vida de un deportista, la humildad es algo que debe ser un pilar. Un principio que se debe transmitir. A nivel deportivo puedes llegar muy alto, pero siempre tienes que saber que de donde has salido puedes volver. No debes olvidarlo.

¿Se ha sentido incomprendido?

Incomprendido no. Pero, de alguna manera, no escuchado ni valorado. Es algo común cuando un deportista es un poco reivindicativo. La Federación [Española de Natación] no siempre quiere escuchar según qué cosas y siempre me han señalado con el dedo.

¿Ha vuelto a nadar?

Alguna vez pero sin ningún objetivo . Simplemente para volver a hacer lo que sabía hacer.

¿Le da miedo el agua?

No. El agua me gusta . Y me ha hecho ser la persona que soy hoy en día.

¿Qué no volvería a hacer?

«No me arrepiento de nada de lo que hice a nivel deportivo"

Rafael Muñoz

Nadador

Quizás no dejar tanto las cosas a la suerte. Intentar tener un mayor control de mi vida. Lo que me ocurrió es que no tenía el control y me desbordó. Pero, si suena a arrepentimiento, no me arrepiento de nada de lo que hice a nivel deportivo.

¿Y ahora qué?

¿Ahora qué de qué?

¿Qué futuro tiene? ¿Con qué sueña?

Como todo el mundo: tener salud, una estabilidad personal y laboral e intentar seguir siendo lo más feliz posible sin hacer mal a nadie. Y vivir con la conciencia tranquila, que, a día de hoy, lo estoy consiguiendo.

¿Quién es hoy Rafael Muñoz?

Una persona corriente y trabajadora , que quiere ser feliz. Cercano a sus amigos y padre a tiempo completo.

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