MIrar y ver
Rafael, Isabel
«Los pintores nuevos», del director Isidro Sánchez, narra la vida y la obra de los artistas lucentinos Rafael Aguilera e Isabel Jurado

El pasado mes de marzo se estrenaba con éxito en el Festival de Cine de Málaga el documental «Los pintores nuevos» , del director Isidro Sánchez , sobre la vida y la obra de los artistas lucentinos Rafael Aguilera e Isabel Jurado . Esta semana se anunció que el Arte Non Stop Festival , prestigioso Festival Internacional de Cine y Arte de Buenos Aires , que cuenta con la presencia de reconocidas figuras e instituciones internacionales de la cultura, galardonaba al director, al largometraje y a sus protagonistas.
Isabel y Rafael son arte y vida, unidos, como ellos mismos, en una conjunción eterna. Para ambos, la pintura es necesidad de expresión, denuncia ante una sociedad no siempre justa y proyecto artístico como testimonio social. Implicados con la realidad, la exploran en sus creaciones, plagadas de referencias sociales y culturales. Mercados, gallinas, puestos de castañas, verbenas, la de San Isidro , fiestas de barrio, hospitales, personajes ignorados, niños que juegan o lloran alternan con Frida Calho, Remedios Varo, Maruja Mallo, Pessoa o Julio Romero de Torres , en una naturaleza de seres oníricos, flores exóticas, limones, naranjas y membrillos. Con colores, matices y texturas abundantes, los temas de sus obras nos sugieren y provocan, como clara función del arte.
A su prolífica producción, se une la creación del grupo Tango , para personas con discapacidad, o el Taller de Grabado en Lucena . Durante las tardes de taller, Rafael e Isabel han descrito en sus grabados estados del alma . En su casa generosa, abierta a quien lo desee, reparten a todos planchas de metal, para lijar los cantos, disimular imperfecciones con «blanco de España », barnizarlas y grabar después, con punzones y buriles, redondos, en forma de escoplo o de punta, los motivos de sus sueños.
Hace tiempo que los conozco. Su bondad y sencillez, el aire cosmopolita, su apasionado sentir por el arte, la mirada inusual sobre las cosas, lo mucho vivido y el descubrimiento de la obra de esta pareja de artistas me sorprendieron. Siempre se sintieron ciudadanos del mundo. Tal vez, por esto, paradójicamente abandonaron Madrid para afincarse en Córdoba y han conseguido, desde su ciudad, una proyección internacional inusitada: Nueva York, Japón, China, México, Francia, Italia, Lituania, Suecia, Estados Unidos… Han creado y enseñado sin descanso y, ahora, la vida les devuelve agradecida sus dones.