DEPENDE
El órdago
Quiere la alianza social-comunista-independentista abrasarnos a impuestos, con la excusa del falso paraíso fiscal madrileño
Hay quien cree que el preocupante anuncio de que, a instancia de los independentistas , se va a proceder a cierta armonización fiscal (vulgar forma de denominar a una subida impositiva) es un farol . La amenaza , en cualquier caso, existe para, entre otros, los cordobeses . Amenaza de, nuevamente, pagar impuestos por heredar -no criticaré hoy las Ordenanzas municipales de Córdoba- o por ahorrar. Confiemos que tan pronto como los presupuestos sean aprobados , esas absurdas ideas pasen al cajón del olvido .
A diferencia de otros, algunos cercanos, que prometieron bajadas de impuestos que aún esperamos, el gobierno de Juanma Moreno cumplió sus promesas nada más llegar . Juan Bravo, consejero de Hacienda y el mejor y mayor de los descubrimientos del gobierno andaluz diseñó una reforma encaminada a facilitar el tránsito de los patrimonios de los andaluces y suprimió la incautación de parte de esos patrimonios al fallecimiento de su titular . Hicieron algo que puede pasar por revolucionario: bajaron los impuestos de manera real y efectiva, cumpliendo a rajatabla el programa electoral, y no se limitaron a lanzar falsas promesas sin más objetivo que conseguir un puñado de votos. Han demostrado además que bajando ciertos impuestos se puede recaudar más.
Pretende la extraña alianza social-comunista-independentista abrasarnos a impuestos , tras la absurda excusa del presunto (y falso) paraíso fiscal madrileño. Tampoco debemos extrañarnos, es marca de la casa. La reacción ante tamaña desfachatez debe ser la crítica , la resistencia y el recurso a los Tribunales , por supuesto. Pero no sólo eso. El mejor modo de luchar contra tal arbitrariedad es subir la apuesta, lanzar un órdago y bonificar , como hicieron en Madrid hace ya unos años o como hace la inteligente izquierda portuguesa, el Impuesto de Patrimonio : será una muestra evidente de compromiso con el electorado y con las ideas que votaron quienes confiaron hace dos años en el proyecto político que hoy gobierna Andalucía. Una magnífica manera de demostrar que, por fortuna, sí hay diferencias entre unos y otros .
