DEPENDE

Cabalgatas

El desfile de los Reyes Magos se ha convertido en elemento para la discordia política en Córdoba

Uno de los globos de los Magos, a su paso por la ciudad VALERIO MERINO
Rafael Díaz Vieito

Rafael Díaz Vieito

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Dio en el clavo Rafael Ruiz cuando diagnosticó que el oscuro deseo de más de uno a principios de año es que la cabalgata de los Reyes Magos resulte un fiasco. No es algo nuevo y no hay año en el que críticas y comparaciones no se sucedan. Que si parece el Carnaval y no una Cabalgata , que si qué pinta Bob Esponja , que si la alcaldesa es no se qué porque llueve el día 5. ¿Quién no se ha hecho alguna de esas preguntas? Llama la atención que pese a ese espíritu crítico muy generalizado, la asistencia a la Cabalgata en Córdoba sea tan masiva. Quizá no queramos perder ningún año la oportunidad de cortarle un buen traje al alcalde de turno.

Fiel a la tradición, la de este año no ha sido ajena a las críticas. Con algo de razón, dicho sea de paso: la organización resultó pelín chapucera, la alteración de los horarios sin previo aviso dejó a muchos niños sin ver, aunque fuese con prismáticos, a los Reyes y la retransmisión por la Televisión local no pasará, dicen quienes la vieron, a los anales. Ocurre sin embargo que no pocos de quienes hoy critican la de este año muy posiblemente la alabarían si la hubiese organizado otro gobierno…y viceversa. La Cabalgata se ha convertido en elemento para la discordia política y ninguno deja pasar la ocasión de cebarse con el tema.

Este año a la crítica habitual se ha sumado la del uso de la azotea del Ayuntamiento para el disfrute solo de algunos. Llevan también algo de razón. Que los políticos hagan lo que no pueden hacer quienes les votan -aunque seguramente cualquier padre habría hecho algo parecido- y sobre todo presuman de ello en redes sociales está mal visto.

Pero la llevarían toda si hiciesen lo mismo con aquellos de sus partidos que practican esa conducta. Nadie en sus cabales, supongo, pensará que es más grave llevar a la familia a ver la Cabalgata desde la azotea del ayuntamiento que, por ejemplo, llenar el tanque del Falcon para ir a un concierto de verano: en todas partes cuecen habas y en algunas más que en otras.

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