Así fue Córdoba 2020
Rafael Carrillo, El Churrasco: «Daremos las mayores pérdidas en 50 años de vida»
El director y propietaria del señero establecimiento revela que la facturación ha caído un 55 por ciento y agradece la labor de sus 43 empleados
Rafael Carrillo, director propietario de El Churrasco , buque insignia de la restauración de Córdoba que forjaron sus padres, asegura que 2020 ha sido para este restaurante «agridulce». A bote pronto la metáfora de este hostelero, que lleva doce años al frente de este negocio y trabajando en él desde 1999, puede sonar chocante en el desolador año del Covid. Pero al escuchar su relato se entiende. Para ellos, 2020 empezó con la ilusión de festejar el medio siglo de vida de este establecimiento y, siguiendo con lo positivo, se ha saldado con sus empleados y familias «sanos». Pero, en lo económico, admite, el coronavirus «ha dejado el negocio tocadito, aunque tenemos fuerzas para aguantar bastante . Para tirarnos al suelo hace falta mucho. Porque estábamos muy preparados». Así completa ese sabor «agridulce».
Y pone sobre la grabadora del periodista todos los ingredientes de lo que ha sido este ejercicio. «Nuestra previsión es cerrar el año con un 55% menos de facturación . Vamos a dar las mayores pérdidas que ha dado nunca la empresa en sus 50 años de vida», cuenta, para luego explicar un elemento vital para que el varapalo no haya sido mucho mayor. La crisis sorprendió al restaurante con una situación económica «saneada» : «Mi padre me inculcó que trabajáramos con recursos propios y siempre hemos intentado tener fondos en el banco para cualquier emergencia, aunque una como ésta nunca nos la planteamos. Y ese fondo que teníamos ha quedado tocado, pero aún se podría aguantar un tiempo». Además, han obtenido una línea de crédito del ICO , de las activadas por la recesión, pero «no la hemos usado. Está ahí por si acaso». Ahora bien, en la receta para sobrevivir a esta crisis «no todo es el dinero», puntualiza. Y destaca el apoyo de los 43 trabajadores del Churrasco: «Tenemos un equipo estupendo, que son como si fueran nuestra familia y que sienten el negocio como si fuera de ellos. Cuando hemos necesitado algo, ahí han estado ellos».
El Churrasco se ha topado con un menú de adversidades: cerraron tres meses y medio en el confinamiento y la primera desescalada -tiempo en el que «me empapé» del Covid, porque «sabiendo lo que pasaba podía tomar las decisiones sobre mi empresa»-; una parte importante de su clientela ha desaparecido - un 15% de sus ventas venían del turista extranjero y entre el 30% y el 35% del nacional- y luego han sufrido los bailes de aforo, horarios o normativa. Carrillo ahonda en esta última cuestión.
«Mortal» para la hostelería
Una vez volvieron a subir la persiana el 2 de julio, el principal obstáculo fue que «todos los días cambiaban las reglas del juego». «Me he leído 50 BOJA y BOE, de esos que sacaban el domingo para el lunes cambiarte el paso, ni le digo», comenta al periodista. «La mayor dificultad ha sido planificar las cosas de un día para otro», dice y recuerda que eso no es sencillo con 43 trabajadores. De hecho, con las restricciones a la hostelería aprobadas en Andalucía en noviembre ampliaron el ERTE, que tienen activo desde marzo y que han ido modificando según la actividad: «Ahora todos están en él: la mitad de la plantilla sin venir a trabajar y la otra mitad de media al 50% de jornada ». «También ha sido difícil ver al personal en casa escribiéndote: “¿Cuándo volvemos al trabajo? Nos volvemos locos en el piso”», confiesa.
Cuando se le pregunta a este nombre propio de la hostelería provincial por su visión de cómo ha castigado el coronavirus al sector, Carrillo afirma que ha sido un 2020 «mortal, pésimo» . Baste recordar que Hostecor, su patronal en Córdoba, advirtió en noviembre de que la crisis se había llevado por delante aproximadamente el 20% de los negocios del sector en la provincia. Y esos son los que han pasado a mejor vida. Los que luchan por salir adelante dejaron una imagen insólita, porque no es habitual ver a los hosteleros manifestarse: cerca de 2.000 lo hicieron en la capital el 12 de noviembre, reivindicando un plan de rescate de las Administraciones, ante su complejísima situación. Cuenta que él estuvo en esa protesta. «Hemos empezado a movernos porque se ninguneaba a un sector tan importante para la economía. Cuando cae una aerolínea o un banco, se le ayuda. La hostelería está tocada y hundida. Debemos salir y decir: 'Oye, necesitamos ayuda'», reflexiona.
Para concluir, el máximo responsable de El Churrasco vaticina que 2021 «no será un mal año, pero no será la normalidad». Matiza que espera un primer trimestre «malo, perdido», puesto que habrá una «tercera ola, porque la vacuna no es un milagro». «Espero que para el segundo trimestre la situación mejore bastante», avanza. Y se atreve con un vaticinio importante no sólo para su negocio, sino para toda la ciudad: «En 2021, el turista nacional se moverá . Hay muchas ganas de viajar y olvidar esto. El internacional volverá poco a poco».
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