El Norte del Sur
La vieja política
En el Pleno del otro día solo bailaban dos, Bellido marcando el paso y Ambrosio encantada de seguirle el ritmo
Lo dijo el alcalde un poquito antes de Semana Santa en la casa del bueno de Rafa Barón , la de la capillita de la Virgen de la Salud de la calle Pastora, la mañana en la que Paula Badanelli se levantó con el pie cambiado y soltó que el presupuesto lo iban a tener que apoyar otros y que con ella no contaran. Desde que la líder municipal de Vox verbalizó su rechazo a las cuentas del Ayuntamiento hasta que la cosa pasó de bravata a amenaza y de ahí a posición cerrada —con esta chica nunca se sabe—, a José María Bellido le dio tiempo a presentar el cartel de la apertura de los patios en la tarde del Jueves Santo .
Cuando acabó y le cedió la palabra al resto de los intervinientes en el acto, se apartó discretamente y consultó su teléfono móvil . Al hombre, cada vez más sensato y cabal, se le cambió la cara, y al llegar el turno de preguntas y con él la pertinente sobre cómo pensaba solucionar el problema financiero que se le venía encima, avanzó lo que con el tiempo ha acabado haciendo: «Al final esto lo va a tener que arreglar la vieja política. El teniente de alcalde de Hacienda ya sabe que tiene que empezar a hablar con todos los grupos del Ayuntamiento ». La reciente aprobación en el Pleno de esos presupuestos con una fuerte carga inversora y fundamentales para la activación de la base logística militar suponen otro éxito para el regidor, que de la moderación y del sentido común ha hecho una forma de estar en política que hasta la fecha lo ha colocado justo el sitio en el que el viento sopla de cola .
En la votación del otro día , Ciudadanos , con su nombre y su marca muy desgastados y en vísperas de otro descalabro de los gordos, parecía el invitado de piedra a una fiesta en la que la música solo sonaba para dos, Bellido marcando el paso e Isabel Ambrosio siguiéndole el ritmo encantada de la vida mientras el pepito grillo de los de Santiago Abascal se enfurecía por dentro al verse condenado a ser un segundo plato al que uno llega sin ganas y que además lo deja entero. Algo le habrá pedido la exalcaldesa a su sucesor a cambio del favor institucional, y no será solo que le eche una capita de asfalto a las calles de alrededor de las sedes del PSOE : veremos a partir de ahora la beligerancia que se gasta el PP con el chalecito de Obejo . Al final, la vieja política sigue con sus vicios pero es la más práctica.
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