El Norte del Sur

El quiosco

Hasta hace nada, la única manera, o casi, de enterarte de lo que pasaba más allá de los límites de tu barrio era acercarte al puesto de la esquina a comprar el periódico

El quiosquero de Las Tendillas Antonio Camacho VALERIO MERINO
Rafael Aguilar

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ERAN la puerta al mundo . O una de ellas. Ahora lo piensas y da vértigo la rapidez con la que ha cambiado todo. Hasta hace nada, una década y media, la única manera, o casi, de enterarte de lo que pasaba más allá de los límites de tu barrio era acercarte al quiosco a comprar el periódico. En la vida anterior a la de los teléfonos móviles , al ‘ whastapp ’ y a las redes sociales , había gente, mucha, que madrugaba para coger calentito el diario en el puesto de la esquina y enterarse de que el Betis había perdido otra vez, de qué pasaba con la guerra de lo que un día fue Yugoslavia , de qué película echaban en la tele esa noche o de a qué hora era la sesión golfa en el cine Santa Rosa .

Esas ochenta o noventa páginas eran, y siguen siéndolo para los lectores de la resistencia, una enciclopedia diaria al alcance de cualquiera a cambio solo de unas monedas: el talento y el esfuerzo de un equipo humano, o de varios, que se devanaba los sesos y se pegaba codazos desde primera hora de la mañana para ser los mejores a la jornada siguiente en el mostrador en el que su trabajo se había quedado antiguo nada más amanecer.

«Con los quioscos de Prensa que cierran se va un pedacito de otra época»

En el quiosco de al lado de mi casa no veo casi nunca a nadie saliendo con un periódico en la mano. Pone ‘ Prensa ’ en el toldo del local pero el dueño sella boletos de la Primitiva como si no hubiera un mañana y vende ya de todo, el pobre: tabaco, máquinas plateadas y con luces para echar humo aromatizado por la boca, lápices de colores, coleccionables de barcos en miniatura, juegos de maquillaje, cerveza y refrescos, bolsos para la piscina, golosinas, sellos, las entregas semanales de los ‘Episodios Nacionales’ de Galdós , chanclas, velas con olor a incienso y a romero.

En Córdoba han cerrado desde marzo de 2020 , cuando empezó el confinamiento , diez quioscos y el último que se va a unir a la lista está en Las Tendillas . Con él, con ellos, se va un pedacito de una época, la de la sorpresa por la foto en la portada o del título de la columna de la última página que decidía que era uno y no otro el diario que te llevabas a casa o a la cafetería, el capricho de una revista de viajes una vez al mes, el hallazgo de un periódico del extranjero justo de la lengua que estudiabas y que te duraba seis meses en el cajón del escritorio porque no había otra manera de leer en inglés o en francés .

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