El Norte del Sur
Pásalo
La política adolescente se entretiene con sus navajazos por la espalda con tal de enmascarar sus complejos y dirimir sus egos
Qué pensará de todo esto el sensato y cabal alcalde de Córdoba . Y tantos cargos públicos, votantes o simplemente ciudadanos que por lo común son de otro partido cuando llega la hora de acercarse al colegio electoral pero que ven en el PP, o en lo que parece que va quedando de él, una garantía democrática y un reconocible mérito en el fundamento de la convivencia de estas últimas décadas.
Lamentable. Todo es lamentable. Una vez, cuando la invasión de Irak y las armas de destrucción masiva, unos alborotadores le tiraron unos huevos a la fachada de la sede del PP de la calle Cruz Conde, cuando todavía estaba allí y el Vial apenas existía. Aquello parecía una tragedia. Y qué es esto que estamos viviendo, entonces.
Ahora los que cercan la casa son los propios. Al suelo, que vienen los nuestros. Vamos con Ayuso, pásalo . Y todo así. No hay serie en las plataformas de televisión que haya animado más y mejor el asueto del fin de semana que este duelo grosero. La política adolescente se entretiene con sus navajazos por la espalda con tal de enmascarar sus complejos y dirimir sus egos mientras que el lobo se muere de risa en su cubil a la espera de su momento, que no está lejano.
Y ellos, mientras, ahí, atónitos: el concejal, por ejemplo, que se cree lo que hace y que dejó su empresa por unos años , los del mandato, con la certeza de que podría ser útil para los intereses de la ciudad. Pero qué delirio lleva a esta gente a creerse que un partido político es un 'ring' privado en el que lo que importa es quién tumba al otro, aunque sea mintiendo o diciendo verdades a medias o pisándolo con cobardía cuando el combate ya está terminado, casi perdido y el ridículo consumado.
Qué pensará el presidente de la Junta de Andalucía : tres años de moderación y una expectativa cierta de que el cambio podía seguir en la comunidad autónoma durante una legislatura más están en el alambre de un día para otro por la poca cabeza y el mucho orgullo de unos tipos de Madrid que ayer consiguieron que los que eran suyos les pusieran colorados por malos y por torpes, por decirlo suavemente.
Las crónicas políticas de estos días de vergüenza citan con frecuencia a Antonio Hernández-Mancha , con estrechas vinculaciones con Córdoba, por el paralelismo de la situación que vivió al frente de Alianza Popular con la de Pablo Casado. A ver.