El Norte del Sur

El mamotreto

Esto es ese museo que ahora sí que está vivo y que sirve para algo más que para que Yoko Ono venga a enseñarnos su escalera azul

Francesca Thysse-Bornemisza durante la inauguración de la exposición de fundación en el C3A de Córdoba EFE
Rafael Aguilar

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En un punto exacto de Claudio Marcelo hay una pegatina en la acera que indica la dirección a la exposición ‘Futuros abundantes’ del Centro de Creación Contemporánea de Andalucía . Sí, ese mamotreto cuyo acrónimo compite con los turismos de Citroën y del que media Córdoba, o Córdoba entera, renegaba o desconocía hasta el pasado viernes.

Reparo en el adhesivo cuando camino por la calle Nueva y veo que a un paso hay abierta una tienda de ropa de segunda mano, a los pocos metros otra y, ya de camino hacia el río, una librería que revende libros usados al peso en el mercado de abastos de la plaza de La Corredera.

La sostenibilidad parece contagiosa. Hace un rato, en el Bulevar de Gran Capitán, me he parado en el ecomercado y un empleado de Sadeco me ha dicho que si compro algo me regala una bolsa de tela ecológica. Hay para elegir: las hortalizas de Hermisenda Huerta Natural, el pan hecho en un horno de leña casero, los espárragos criados en la tierra de la Sierra de Hornachuelos.

Vienen solas las palabras de Francesca Thyssen Bornemisza en el C3A de hace tres días. «Proponemos un diálogo entre la escasez y la abundancia: tenemos mucho que aprender de Córdoba», dijo la presidenta de la Fundación TBA21. Esta mujer, tan vitalista, tan alegre, ha conseguido lo que era imposible: que el ‘tardorrosismo’ sea algo moderno.

El armatoste de Miraflores , esa península urbana que ya no es maldita, lleva la firma del tiempo de la melagalomanía pero esto la salva. Esto es ese museo que ahora sí que está vivo y que sirve para algo más que para que Yoko Ono venga a enseñarnos su escalera azul.

El sueño de 2016, el año en el que al exalcaldesa inauguró el recinto expositivo ya como consejera de Cultura, está enterrado bajo los cimientos del edificio que le hace feliz, muy feliz a Daniela Zyman , la comisaria vienesa de la exposición que acaba de inaugurarse para darle luz y vida a Córdoba y que dice que quiere pasearse por a la Ribera para ver si hay mariposas y flores . Qué cosas.

Al alcalde, ese señor que se viste por los pies y que ha caído derecho en el despacho de la calle Capitulares, pareció que se le escapó una lagrimita de la emoción el otro día en la puesta de largo de la exposición. «¿No te parece que el museo se diseñó para ‘Futuros abundantes’ ?», preguntaba el hombre. Llevas toda la razón, José María.

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