El Norte del Sur

El Círculo

El Círculo de la Amistad, con el adjetivo de Real que antecede su nombre. La distinción por costumbre

El presidente del Real Círculo de la Amistad, Pedro López, recoge la Medalla de Andalucía EFE
Rafael Aguilar

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LO recuerdo ahora con la misma extrañeza que me causó entonces, hace diez años o más, cuando estrenaba el cargo de presidente el antecesor de Pedro López Castillejo , del que él fue su segundo. Esperaba en la sobremesa a Federico Roca en el salón de recibo de la institución que ayer recogió la más que merecida Medalla de Andalucía en el Maestranza de Sevilla , no habían dado las cinco de la tarde, y llegó un joven, un chaval de poco más de quince años, con una carpeta llena de apuntes.

El empleado, de uniforme, le flanqueó la puerta, solícito. «Buenas tardes, voy a estudiar en la salita del fondo. Por favor, un café con leche cuando puedan», dijo el chico, educado, hecho de toda la vida a las maneras de la casa. «Ahora se lo llevamos. Suerte con los exámenes». El Círculo de la Amistad, con el adjetivo de Real que antecede su nombre . La distinción por costumbre.

El trato exquisito desde el zaguán a su patio más apartado. La discreción, la conversación. La intriga del político en el cóctel de primavera. La confesión del amigo. La foto en la escalera principal. Los cuadros de Julio Romero de Torres . La biblioteca. La niña, que se casa, ¿la tuya organizó aquí la puesta de largo, no? Los toros que andan parados, a ver si en la tertulia El Castoreño le buscamos una solución. El viudo que va a comer todos los días el menú de la casa y que pide que se lo sirvan en el jardín principal. Las clases de esgrima en el cuarto con el piso de rectángulos blancos y negros.

Las viejas glorias en los ventanales que dan a la calle Alfonso XIII , arreglando el mundo ahora que saben ya mucho de la vida. Los periódicos de la ciudad con su soporte de madera en la entrada, junto al guardarropa. «Señor, no tiene más que decir su nombre cuando salga y se lo entregamos».

El Salón Liceo, la música y la letra de la ciudad, el escenario al que quiere subirse quien desee ser alguien. El cineclub en el patio del fondo. El gin tonic del opositor en su día libre junto a la buganvilla. La orfandad de la piscina del verano, qué le vamos a hacer.

El almuerzo benéfico de la Fundación Bangassou , la recepción de la Asociación Española Contra el Cáncer , la charla del diplomático de paso, esa fiesta en la que estuve cuando era joven, justo en este rincón fue donde la conocí y fíjate, las películas al aire libre de los sábados. La Medalla que desde ayer lucimos.

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