Consumo
Quiebra de Dentix en Córdoba | «Ocho meses sin revisar la ortodoncia a mi hijo y la financiera no deja de llamar»
Una de las afectadas por el cierre de la cadena de clínicas dentales batalla para dejar de abonar el préstamo por un tratamiento inconcluso
La quiebra de la cadena de clínicas dentales Dentix ha dejado a miles de pacientes con sus tratamientos sin terminar, con préstamos pendientes y las financieras exigiendo su pago. Es el caso de Mecedes, una cordobesa para la que el concurso de acreedores de la firma ha sido la guinda de meses de incumplimientos por parte de la firma de salud dental.
Mercedes acudió en noviembre de 2019 a la clínica Dentix de la calle Cruz Conde de Córdoba con su hijo para comenzar con un tratamiento de ortodoncia. «Le hicieron las pruebas y al principio todo iba bien. Tenía sus revisiones cada 45 días y todo estaba en orden...hasta el mes de febrero», recuerda la mujer.
Ese mes ya no lo llamaron «y en marzo, con el confinamiento, la clínica cerró. No tenían ni siquiera servicio de urgencias . Me puse en contacto con ellos porque mi hijo tenía unos separadores puestos y un hierrro de los brackets se le había salido y le estaba haciendo una herida muy fea en el paladar», cuenta esta madre.
Mercedes pensó que después de levantarse el estado de alarma, Dentix volvería a abrir, «pero no fue así. Llamé a la Unión de Consumidores de Córdoba . que lleva mi caso, y me dijeron que, al parecer, la clínica abría determinados días. Me presenté allí (sería ya mayo o junio) y me comentaron que no había ortodoncista. Tras mucho insistir conseguí que un médico le quitara los separadores a mi hijo y arreglara los brackets».
A partir de ahí, «nunca más vieron a mi hijo. Llamé muchas veces y nadie contestaba. Puse una reclamación y dejé de pagar el préstamo con la financiera . Desde entonces, no paran de llamarme para exigirme las mensualidades. Dicen que Dentix no está en concurso de acreedores y que, en cualquier caso, ellos no quieren saber nada de la historia: solo quieren que pague», comenta, desesperada.
Mercedes ha tenido que llevar a su hijo a otro dentista «que ha empezado prácticamente de cero con la ortodoncia: ocho meses perdidos. Y un sinfín de reclamaciones y burofax a la financiera, que no se da por aludida. Solo espero no tener que pagar lo que falta, porque no hay derecho», se lamenta esta afectada.
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