INFRAESTRUCTURAS

Las pulgas regresan a la comisaría de Campo Madre de Dios

La Subdelegación del Gobierno en Córdoba considera que «ya está todo controlado» tras aplicar el protocolo de actuación

Comisaría de Campo Madre de Dios VALERIO MERINO

IRENE CONTRERAS

La historia se repite. La comisaría de Campo Madre de Dios vuelve a enfrentarse a una pesadilla similar a la que ya sufrió en 2013, cuando tuvo que ser fumigada a fondo para acabar con la plaga de pulgas que había hecho suyas las dependencias de la Policía Nacional. En los últimos días, varios agentes de este cuerpo de seguridad han venido sufriendo las consecuencias de las picaduras de este parásito , que contrajeron durante un servicio realizado al aire libre en una zona infestada.

Según afirmaron a este periódico desde la Confederación Española de la Policía (CEP) y el Sindicato Unificado de la Policía (SUP), ya se han tomado medidas para acabar con el brote, fumigando las zonas más sensibles para impedir que la inoportuna llegada de las pulgas se convierta en una nueva plaga. Así lo confirmó la Subdelegación del Gobierno en Córdoba, que da por solucionado el problema . Defienden que se ha seguido el protocolo para este tipo de casos -fumigar parte de la comisaría, con especial atención a zonas sensibles como el vestuario, y precintar los vehículos que formaron parte del operativo en el que se produjo la infección- y que ya está «todo controlado» .

No obstante, la CEP considera esta medida insuficiente y ha elevado un escrito formal al jefe provincial de la Policía Nacional pidiendo que se aplique e l mismo protocolo que se activó hace cuatro años . El portavoz de este sindicato en Córdoba, Fernando Ramón Calderón, explica que toda precaución es poca al tratarse de un cuerpo de seguridad que está en contacto permanente con el exterior, con el riesgo que ello conlleva a la hora de contagiar este peligroso insecto a otras personas.

Por si fuera poco, el fuerte calor que azota Córdoba estos días se convierte en el mejor aliado de un insecto como la pulga. Por un lado, porque en este clima encuentra un hábitat ideal para vivir y desarrollarse. Por otro, porque una fumigación completa del edificio de Campo Madre de Dios supondría tener el aire acondicionado desconectado durante más de diez horas , algo «inconcebible ahora con más de 46 grados fuera», explica Calderón. De hecho, durante el último suceso de estas características (que también empezó con dos focos aislados) la comisaría tuvo que permanecer cerrada 12 horas para que la fumigación fuera efectiva.

Calderón admite que en esta ocasión la respuesta de la jefatura ha sido rápida , pero abunda en la importancia de que se valore a fondo si las medidas adoptadas son suficientes para no «bajar la guardia». Recuerda lo fácil que es para este tipo de insectos propagarse, quedando enganchados a la ropa, y lo asiduamente que los agentes se cruzan, entran, salen y comparten coches patrulla durante sus jornadas laborales. Además, exige que se extremen las medidas de prevención de riesgos al máximo para que no vuelva a suceder algo así en acto de servicio. Calderón asegura que por unos días ha llegado a cundir el pánico entre muchos agentes, preocupados por llevarse este problema a casa y acabar contagiando también a sus familias. « La preocupación de un policía no puede ser esa cuando tienen que estar alerta para enfrentarse a un delincuente», explica.

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