PATRIMONIO

La Puerta del Perdón redescubre el color

Córdoba estrena esta Semana Santa la restauración de la bóveda barroca de entrada a la Mezquita-Catedral

Detalle de la restauración ABC

AURORA FLÓREZ

Antes de Semana Santa habrán concluido las obras de restauración de las pinturas murales de la cúpula de la Puerta del Perdón de la Catedral de Córdoba, acceso de las cofradías para realizar estación de penitencia.

Después de veinte meses de trabajos, además de las ocasiones en las que se han tenido que desmontar los andamios por necesidades de actos en la Seo, la cúpula ha recuperado la policromía de sus orígenes y las volumetrías perdidas en el transcurso de los años, revelando a la vista los numerosísimos detalles, figuras, ornamentos y simbologías que posee la puerta, considerada la principal de la Catedral, con dos arcos de herradura, entre los cuales se ubica una bóveda de cañón, que data de 1740, cuyo espacio central fue reformado ese año para crear la cúpula barroca con linterna siendo obispo Pedro de Salazar y Góngora.

La minuciosa restauración, realizada por Manuel Aguilar y Ana Isabel Gamero, ha devuelto su aspecto primigenio a pinturas y yeserías de este conjunto barroco, que presentaban cierta policromía y muy deteriorada solamente en el tondo de una de sus cuatro pechinas, que afortunadamente no había sido encalado y ha funcionado como testigo.

Relieves de yeso

Los relieves de yeso, según explicó la restauradora, «tenían innumerables capas de cal y pintura, cubriendo por completo las pinturas de la bóveda».

La actuación ha incidido sobre pechinas y clave, la propia cúpula y la linterna de este conjunto. Ahora puede verse en el tondo de cada pechina a los cuatro evangelistas san Mateo, san Marcos, san Lucas y san Juan, rodeados de decoraciones florales y representaciones angelicales. En las claves de los cuatro arcos están representadas las figuras de Jesucristo (El Jesús), la Virgen María (La María), el escudo de la Fábrica de la Seo y el del obispo Salazar y Góngora. En la esfera o cúpula hasta la apertura de la linterna se entremezclan ocho motivos decorativos a modo de guirnaldas con flores, animales, cabezas humanas, elementos arquitectónicos. Y en la linterna se aprecian los motivos florales.

Los trabajos comenzaron con las catas a punta de bisturí para penetrar en la cal

Los trabajos, para los que hubo una primera toma de contacto de los restauradores con el Cabildo Catedral en 2008, comenzaron con catas realizadas a punta de bisturí para ir penetrando en las distintas capas de cal. En ese momento se fue descubriendo la policromía original del conjunto.

También, a partir de ahí se analizaron los elementos empleados en la obra, sus características y los agentes que influyen en su estado de conservación., hallando ladrillo en la construcción, que no presentaba problemas; el yeso, que presentaban pérdidas volumétricas, debidas «tal vez» a la manipulación fortuita en obras del siglo XX y a la instalación de cables eléctricos, además de grietas, probablemente producidas por el terremoto de Lisboa de 1755. La pintura al temple, por su parte, estaba oculta por cal y capas de polvo en suspensión, y sufrían desgaste, arañazos y faltas, además de degradación de color las que lo conservaban. A ello se unió la humedad como agente agresor.

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