José Luque - DESDE MI RINCÓN

«Prosperar así, imposible»

«Si el Ayuntamiento cree que puede hacer prosperar a Córdoba subiendo impuestos, es imposible»

PUNTO PRIMERO. España es el país de la UE donde más se ha encarecido el recibo de la luz desde 2008. Los impuestos hacen que la factura se haya elevado aproximadamente al doble que en los países de nuestro entorno. Segundo. Entre 2008 y 2014 el IBI en España se ha incrementado en un 53%. A partir de 2015 y por culpa de un «catastrazo» que se puso irracionalmente en marcha, el coste de este impuesto puede ser mortal para muchas familias. Tercero. Con la última reforma, los diferentes impuestos que tendrán que satisfacer quienes trasfieran —inter vivos o mortis causa— una propiedad pueden ser de infarto. Cuarto punto. Las sanciones, multas y gravámenes que soportamos los españoles no es que se hayan acrecentado, han traspasado la línea roja de la cordura. Esto puede inducir a pensar que somos un pueblo de infractores y defraudadores. Personalmente creo que la causa está en una enfermiza y estratégica obsesión recaudatoria de las múltiples administraciones que tenemos. No menciono más locuras fiscales para no amargar a mis lectores.

Un gobierno municipal tiene poca potestad tributaria. Aunque puede retocar algunos impuestos y poner tasas, multas o hacer extrañas valoraciones, hasta indignar al más templado de los ciudadanos. Los responsables de nuestro Ayuntamiento deberían conocer lo que a las diferentes administraciones y por todos los conceptos aportamos sus representados. Así comprenderán nuestras quejas y estarán capacitados para advertir las consecuencias de sus decisiones. Si el Ayuntamiento de Córdoba, al hacer los presupuestos, fija lo que quiere gastar y después determina como sacar ese dinero del bolsillo de los ciudadanos, el daño puede ser enorme.

Un ayuntamiento responsable debe, antes de nada, conocer cuánto pueden aportar sus contribuyentes a las arcas municipales sin que ese desembolso represente un deterioro para la vida de las personas o un freno para el desarrollo de las empresas. Después, debe priorizar los gastos acomodándolos a esos ingresos. No hacerlo así, sólo sirve para mantener a Córdoba en la cola de lo bueno y a la cabeza de lo malo. Estoy totalmente convencido que Córdoba, económicamente, puede y debe ocupar lugares mejores de los que ocupa desde hace demasiados años. Córdoba no se merece perder población. Ni estar a la cabeza del desempleo o de la deslocalización y cierre de empresas. Córdoba no puede perder ingresos viendo como sus emprendedores, tratados como gallinas ponedoras, se ven obligados a organizarse legalmente para poder comer y defecar aquí, mientras ponen sus huevos en otras provincias fiscalmente menos gravosas.

Si el Ayuntamiento cree que puede hacer prosperar a Córdoba aumentando impuestos, se asemeja al individuo que con los pies dentro de un cubo trataba de elevarse tirando del asa. ¡Así, imposible!

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