Iniciativa

Los promotores del Club Tempo de Córdoba amenazan con los tribunales a Urbanismo por la falta de licencia

Los empresarios dicen estar «humillados» mientras que la Gerencia asegura que no puede acelerar los trámites

Estado actual de las instalaciones de Tempo ABC

R. V. M.

El conflicto por el club deportivo y social Temp o, dentro de las instalaciones del colegio La Salle , amenaza con perpetuarse en los tribunales. Los promotores de este espacio de servicios se plantean seriamente acudir a la Justicia ante la falta de respuesta de la Gerencia de Urbanismo.

Fuentes de la dirección de Tempo consultadas por este medio han recordado que en octubre se cumplirá un año desde que los promotores solicitaron la correspondiente licencia de actividad modificada. Desde entonces, siguen sin respuesta del organismo . «Estamos esperando a que Urbanismo nos entregue la licencia de primera ocupación del proyecto, porque hicimos una reforma y llevamos esperando desde octubre del año pasado», indicaron.

En este «impasse», los empresarios alegan que «estamos estudiando el tema jurídico y nos estamos planteando una demanda » para resarcirse por una inversión ya realizada y de la que no pueden obtener rédito. Se han gastado, asegura la dirección de Tempo, en torno a 10 millones de euros en el equipamiento . «Eso ha costado mucho dinero y no vamos a frenar el proyecto, otra cosa es que Urbanismo nos arruine», se lamenta un portavoz de los empresarios.

La amenaza de acudir a los tribunales de justicia ha caído en roto en la Gerencia. Su presidente, Salvador Fuentes , le ha restado importancia indicando a ABC que «están en su derecho de hacer lo que estimen oportuno». En su lugar, el responsable de Urbanismo prefiere optar por la vía del diálogo para intentar salvar el proyecto de inversión subsanando sus deficiencias. Si eso no se consigue, asegura, «sería un fracaso de todos» .

Fuentes se escuda en que « la concesión de licencias es un acto reglado» para explicar el año que lleva la solicitud en los despachos de la Gerencia. Y concluye que «lo que estamos intentando es que se lleve a buen término ese proyecto , dentro de la normativa vigente. A nadie se le escapa que es un proyecto complicado, heredado, que necesita de ajustes necesarios para encajarlo jurídicamente y urbanísticamente».

Los problemas del centro

Los problemas de Tempo devienen de las quejas de los vecinos de la zona , que alegaron que los promotores habían pedido licencia para una cosa y habían construido otra. Todas esas instalaciones debían ser complementarias al centro educativo y desarrollarse sin ánimo de lucro. Al anunciarse la apertura del centro el otoño pasado, los residentes constataron que Tempo era un club social con un horario diferente al anunciado.

Los empresarios ya habían solicitado una modificación del proyecto de obras para dar cabida a todos los cambios. Urbanismo, sin embargo, nunca dio el permiso correspondiente, pese a lo cual, y siempre según las denuncias vecinales, Tempo abrió sus puertas. En octubre del año pasado, la Gerencia decretó su cierre en tanto no se subsanaran las deficiencias urbanísticas que Salvador Fuentes califica de «complejas».

Ahora los empresarios recuerdan que la paralización del centro supone la pérdida de 150 empleos directos entre todos los servicios que ofrecía Tempo. «Estamos todo el día reclamando inversiones, pero aquí se han invertido 10 millones y llevamos un año esperando. Estamos aburridos y humillados », que quejan los empresarios.

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