Luis Miranda - Verso suelto
Prometeo de papel
La revista «17» no es un puñado de sectarios repartiéndose dinero público: es un coro de escritores comprometidos
La revista «17» no es un puñado de sectarios repartiéndose dinero público: es un coro de escritores comprometidos
Desde luego que son ganas de enredar. El PP lleva ya unas cuantas semanas dando la brasa con la revista «17», una publicación regada con muy abundante dinero público por el Ayuntamiento de Córdoba , y parece que no les gusta nada de ella. Ni algunos artículos, ni el pastizal que se llevó su coordinador, ni la pequeña triquiñuela contable, que para algo estamos en el país del Lazarillo de Tormes , con que se trocearon los contratos para no tener que pasar por el engorro de meterse en el follón de hacer un concurso, si total el que manda ya tiene claro quién será el que se lleve el trabajo.
Sí, son ganas de llevarse tabardillos que no merecen la pena, porque son las palabras las que configuran el mundo y ayudan a ver las cosas de otro color a poco que uno encuentre las adecuadas. A ver, por empezar por el final, no es que el PSOE haya querido ahorrarse el trámite de convocar un concurso público, evitar encontrarse con una oferta ventajosa y así asegurar que la revista la coordina el favorito del concejal. No, eso sería si lo hiciesen los demás. Lo que de verdad ha pasado es que el Área de Cultura le ha dado prioridad a la revista, una larga reclamación del mundo de la cultura, y en su voluntad invencible de que todo el mundo la lea, ha querido saltarse las vallas de la burocracia y los charcos engorrosos del procedimiento para que nada frene su voluntad de entregar a la ciudad una publicación que ensanchará los horizontes e iluminará las mentes, como un Prometeo en papel reciclado.
¿Que los 39.000 euros que ha costado en total son un despilfarro? Eso lo recauda una docena de policías locales poniendo multas en el Centro y en Poniente en unas cuantas mañanas lluviosas y lo que se consigue es mucho más fructífero: artículos bien pagados a intelectuales y a gente con inquietudes, para que sigan con su labor de fomentar el pensamiento libre y despierten a los ciudadanos con sus propuestas y con sus ideas. Ya andan los usuarios de las bibliotecas públicas preguntando por la revista «17» y los clubes de lectura andan escudriñando entre líneas. En las universidades británicas y norteamericanas ya circulan traducciones para que sus clubes de debate se deshagan en apasionadas defensas e impetuosas refutaciones de tantas reflexiones novedosas como los intelectuales cordobeses, a cambio de una retribución por su talento, han brindado al mundo.
Si algunos artículos no han gustado habrá sido porque no se hayan encontrado las palabras adecuadas. Los firmantes se han reclutado de entre lo más granado de la Universidad, el pensamiento y el periodismo, y si hubo alguna criba para evitar a quien podía desentonar se hizo con una causa muy justificada: huir de la disidencia y de la caspa, del que pudiera destacarse con una nota disonante del coro uniforme y monódico del llanto por los recortes, la lucha contra el capitalismo, la laicidad obligatoria, la transexualidad como problema de Estado y la violencia de género. Hubiera estado feo tener que censurar a quien se saliese de esos valores, porque en ese caso no cabría la libertad de expresión que han invocado los que se pasaron de revoluciones y sus amiguetes . Sí, al final todo se reduce a las palabras: lo que en otras circunstancias hubiese sido un puñado de sectarios repartiéndose dinero público en una revista que ningún lector les ha pedido, se puede ver como una brillante colección de escritores comprometidos .