Rafael González - La cera que arde
Progresión aritmética
Los hosteleros tienen una capacidad de reproducción por encima de la natalidad interanual española
El flujo de asociaciones hosteleras se ha incrementado en la última semana sobremanera. De hecho, puede que cuando usted esté leyendo estas líneas tenga una nueva asociación justo al lado de su café o sirviéndole uno. Los hosteleros han demostrado una capacidad de reproducción por encima de la tasa de natalidad interanual española directamente inversa a su poder de consenso . Quiero decir que lo mismo que las asociaciones cordobesas de hostelería se reproducen cada dos días , más o menos, a cada hora un hostelero sale de una y se convierte en disidente, apéndice, observador o miembro de facto de la Mesa de Veladores. Porque he aquí la madre del cordero: los veladores han demostrado ser el mayor acelerador sectorial de grupos hosteleros y el ayuntamiento ejerce de método de reproducción asistida desde que sacó a la calle a los agrimensores y con sus metros ejercieron de afrodisiaco para la multiplicación de hosteleros asociados con otros, consigo mismos o en simbiosis.
Bien es cierto que en toda esta historia hay poco amor , o quizá un amor propio exacerbado que se transforma en egoísmo, egolatría, egocentrismo o egopernoctación. No están muy claras las líneas que deben unir los intereses comunes salvo para separar y multiplicar . De ahí esta progresión aritmética de asociaciones variopintas, dispares y coloristas con un objetivo común: no sabemos cual. Los intereses económicos están en juego y en eso no vamos a discrepar, pero a veces esos intereses no concuerdan con algunos derechos -a la peatonalidad, por ejemplo- y ni tan siquiera pueden ser de carácter común, ya que siempre hubo ricos y pobres.
Si el arbitraje municipal pretendía una cosa me temo que ha conseguido la contraria, porque quizá podamos pasear mejor, pero hacerlo por una ciudad cabreada deja de ser bonito. Entendiendo por ciudad al colectivo de parcelistas, cofrades y hosteleros que, dada su capacidad reproductiva ya señalada, llegan a sumar más miembros que cordobeses de a pie, de esos como usted y como yo que no encuadramos en ningún colectivo profesional ni ciudadano y que nos dedicamos a pagar tasas y cosas así. Sin una mala mesa que poner en ninguna acera ni toma de agua potable que reclamar.
Ahora que el Imibic ha incrementado su presupuesto , no estaría de más sugerirles que estudien en profundidad este fenómeno biológico de reproducción acelerada. Igual nos estamos perdiendo a la auténtica gallina de los huevos de oro que no es ni el turismo, ni la joyería ni la Mezquita Catedral, sino el verdadero fenómeno cordobés de convertir los cabreos y las bilis sectoriales en una prolífica progresión aritmética hacia la habitual nada califal. Y eso es un espectáculo digo de competir con la Nave del Misterio de Iker Jiménez , que ya ha agotado las entradas, por cierto.