Efeméride
La profunda devoción hacia San Acisclo y Santa Victoria, patrones de Córdoba
Este martes, 17 de noviembre, se celebra el día de estos dos hermanos, torturados hasta la muerte por el prefecto romano Dion
Quemados en un horno, ahogados en el Guadalquivir y, finalmente, decapitado uno y asaeteada la otra. Este fue el horrible martirio que sufrieron los hermanos Acisclo y Victoria , actuales patrones de Córdoba, durante la gran persecución del emperador Diocleciano y que ejecutó, en este caso, el prefecto romano Dion, cumpliendo el decreto que ordenaba acabar con la vida de los seguidores cristianos.
Este martes, 17 de noviembre , se celebra el día de estos dos dos santos, patrones de Córdoba (desde 1994 junto con la Virgen de la Fuensanta), por los que la ciudad profesa un gran fervor. Buena muestra de ello son los distintos focos devocionales en la urbe cordobesa.
Según apunta el historiador Juan Aranda Doncel , desde mediados del siglo XIII se documenta el templo dedicado a San Acisclo y Santa Victoria junto al recinto amurallado entre las puertas de Baeza y Martos, donde, según la tradición, habían sufrido martirio. «Con el propósito de asegurar el culto a los venerados restos el obispo y el cabildo catedralicio ceden en 1332 la iglesia a los monjes cistercienses con una serie de condiciones. La comunidad estaría integrada por media docena de miembros y sujeta a la jurisdicción episcopal», explica Doncel en su texto «Focos devocionales a los Santos Mártires de Córdona de los siglos XVI y XVII: La ermita de la Puerta del Colodro».
En las primeras décadas del siglo XVI las reliquias de San Acisclo y Santa Victoria fueron objeto de una intensa veneración por los cordobeses que acudían masivamente a la capilla del monasterio.
«El esplendor de la fiesta anual del 17 de noviembre se manifiesta a partir de 1575 con la celebración de su octava, en cumplimiento del nuevo rezado romano establecido por los decretos tridentinos. La decisión se toma en octubre de ese año por el provisor del obispado y el cabildo catedralicio de forma conjunta. Al mismo tiempo, el fervor del vecindario se intensifica, siendo un factor a tener en cuenta la visita a la capilla sepulcral de San Acisclo y Santa Victoria en 1570 de Felipe II , quien entra de rodillas en señal de veneración», explica el historiador.
La primera vez que las reliquias salieron en procesión fue en julio de 1602 hacia la Catedral, en rogativas por una terrible epidemia que azotaba la ciudad.
Han existido y siguen existiendo muchas muestras de la devoción popular por estos mártires. Así, junto al citado convento de los Santos Mártires, que desapareció con la desamortización de 1835, destacan el altar que existía en la confluencia de las calles Lineros y Candelaria. Un centenario colegio lleva el nombre de Santa Victoria, así como la parroquia del barrio del Naranjo. La de Valdeolleros porta el de San Acisclo. Y en el Puente Romano, una hornacina recuerda a ambos, con sus nombres y las palmas simbólicas del martirio.
Otro reflejo de este fervor es la ermita construida en 188 1 por Felipe Sainz de Veranda, arquitecto municipal, sobre los terrenos del antiguo convento de los Santos Mártires, en la Ribera, frente al Molino de Martos. Así como la devoción que profesan a los copatrones la cofradía de los Santos Mártires . En la actualidad, sus reliquias, o más bien parte de ellas, se veneran en el relicario de plata que se custodia en la basílica de San Pedro.
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