Primarias PSOE de Andalucía

El PSOE de Córdoba se cuestiona hoy si sigue siendo ‘susanista’ o se vuelca al 'sanchismo'

Los 3.800 militantes, llamados a elegir al futuro candidato a presidente de la Junta

Susana Díaz junto a dirigentes del PSOE en Córdoba en un acto de las primarias celebrado en Sansueña Valerio Merino
Rafael Ruiz

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Los 3.800 militantes de las 86 agrupaciones del PSOE de Córdoba (70 de ellas con mesa) están llamados hoy a participar en las primarias en las que se elegirá al futuro candidato o candidata a la presidencia de la Junta entre Susana Díaz, Juan Espadas y Luis Ángel Hierro, cuyas posibilidades son mínimas. Es posible que cuando se cuenten los votos, los socialistas sigan sin un ganador porque el sistema es a doble vuelta y exige tener más del cincuenta por ciento de las papeletas para ganar en primera instancia, cosa que es más compleja con tres aspirantes.

La realidad es que el valor de las votaciones de hoy es político. Como en el cuento, el partido en Córdoba se pregunta -espejito, espejito mágico- cuán susanista sigue siendo. La agrupación provincial del partido ha sido una de las que se ha posicionado de forma inequívoca, en su línea oficial, con la secretaria general del partido en Andalucía , que ha realizado una campaña de largo recorrido, chocando muchos codos y apelando por su nombre a todos los militantes con los que se ha cruzado, que para eso es una crack. Su contrincante, el sanchista Juan Espadas, ha concentrado más sus actos y lo ha fiado todo a conectar con el lado institucional .

La gran pregunta, que nadie sabe responder a ciencia cierta, es quién va por delante aunque las denuncias de machismo de Díaz hayan olido de lejos a maniobra a la desesperada. Las cosas, esencialmente, han cambiado. En las primeras primarias andaluzas, Luis Planas fue literalmente laminado por el aparato .

En las que ganó Pedro Sánchez, los sanchistas eran cuatro gatos. Con dos miembros en el Gobierno y controlando resortes del poder federal, ha habido un súbito despertar de partidarios del presidente. La salida del armario ha sido épica. Nombres como Isabel Ambrosio o Rafi Crespín, que sin ser oficialistas pata negra nunca estuvieron contra Díaz, esta vez han realizado campaña abierta contra los intereses de la, hasta hace poco, indiscutible referencia.

El sanchismo -que podría calificarse como antisusanismo en determinados supuestos- ya no tiene tres agrupaciones mal contadas como la de Montilla . Por ejemplo, ha puesto una pica en la agrupación de Montoro -la que sustenta a la número dos del partido, Lola Amo - por los buenos oficios del exalcalde Sánchez Villaverde , que en su día apoyó a Rubalcaba y ahora está del lado de Espadas.

La campaña de las primarias no ha estado exenta de polémica por la aparición de dos casos de afiliación masiva en Peñarroya y Guadalcázar . En realidad, meras guerras locales que han tomado las elecciones internas como terreno de disputa.

Tanto en un caso como en otro, la dirección federal decidió validar la llegada de los nuevos militantes lo que supuso un anuncio de recurso a la justicia ordinaria del que nunca más se supo. En el partido, se reconoce que los juzgados rara vez se meten en camisa de once varas con temas orgánicos. «No habría juzgados para tanto pollo si no fuera así», afirma un dirigente local con sorna.

Del resultado de esta tarde, de su microdato por agrupaciones, tiene que venir un adelanto de posiciones de cara al congreso andaluz y provincial. Si Espadas gana en Córdoba, cosa que es harto complicada, se da por seguro una reubicación de roles. En un partido tan funcionarizado como el PSOE, el espacio vacío, la indefinición, no existe. Y quien llega lo ocupa todo.

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