El grupo de apoyo a Susana Díaz en Córdoba hace acto de presencia con los altos cargos al fondo

Rafael Ruiz

17/05/2021
Actualizado 18/05/2021 a las 07:17h.

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Aurora Viso (secretaria de Organización de la agrupación de Lucena), Antonio Jiménez (afiliado en La Carlota) y Francisco Gómez (de la agrupación de Jauja) son el núcleo visible, los portavoces autorizados, del grupo de militantes socialistas que apoya a Susana Díaz en la carrera contra Juan Espadas por las primarias para ser candidato a presidente de la Junta y (casi, casi) futuro responsable del secretariado general de la poderosa federación andaluza del partido.

Y el lector de información política se preguntará: ¿quién?

Con toda la razón. Se trata del nuevo relato que pretende llevar a la expresidenta de la Junta de nuevo a la cabeza de la lista de la papeleta por Sevilla, que garantiza la competición por San Telmo. Díaz ha asumido la táctica que llevó a su némesis y exdelegado en Madrid, Pedro Sánchez , a la secretaría general tras el golpe de espado del ya famoso comité federal. No el de ser la candidata del aparato que ha sido su constante K a lo largo de toda su carrera política. Sino de los militantes, de la gente, del jubilado con el carné ajado.

La presentación de los afines a Susana Díaz (en adelante, 'susaners' ) se llevó a efecto en la plaza de Andalucía, kilómetro cero de la agrupación socialista Sur que, controlada por los hermanos Durán (Juan Pablo e Inmaculada), es la gran valedora de la expresidenta andaluza en la capital. En contra de lo que pasó con Espadas, el único representante del grupo municipal fue un ex. El anterior teniente de alcade de Presidencia, Emilio Aumente, se dejó ver en un acto de partido ubicado en la acera de enfrente de la que fue su jefa, Isabel Ambrosio, quien se ha convertido en apoyo y puntal de Juan Espadas desde sus orígenes en el campo difuso del susanismo doliente .

Con el secretario general del partido en funciones institucionales, la principal autoridad presente en la plaza de Andalucía fue Lola Amo , número dos de la ejecutiva, que tiene al exalcalde de Montoro Sánchez Villaverde entre los activos de Juan Espadas. Entre los regidores en ejercicio, estuvo el de Puente Genil, Esteban Morales, y el de la creciente agrupación de Peñarroya-Pueblonuevo, José Ignacio Expósito , convertida en un ejemplo de extensión súbita de afiliados. Entre las agrupaciones de fuste sin corona, María Jesús Serrano, de Baena, que no sacó a la primera la moción de censura lo que le resta brilli brilli de cara al congreso provincial.

Los respectivos equipos de apoyo andan reclamando avales por las calles y tabernas. El grupo municipal y las agrupaciones sanchistas, por Espadas . La ejecutiva provincial, las agrupaciones de Susana y la influyente estructura de la Diputación, por Ella. El número mínimo de avales se ha convertido en un problema nimio porque ya no se exige el tanto por ciento de militancia que cuando Luis Planas lo intentó con las quemaduras de segundo grado de todos conocidas. Quien presente más firmas sí que manda un mensaje potente de quién va en cabeza en unas elecciones donde apenas votan unos miles de personas (las estimaciones del censo rondan los 44.000 afiliados en Andalucía) lo que relativiza el valor de los sondeos que se están realizando.

En lo que concierne a las declaraciones del acto, que es la parte menos emocionante, los portavoces se ciñeron al discurso de autogobierno de los socialistas andaluza que está potenciando la expresidenta de la Junta frente a quienes quien imponer las decisiones desde Madrid. «Nadie conoce mejor Andalucía que los andaluces y nadie conoce mejor el PSOE de Andalucía que los socialistas andaluces» y es por ello que « queremos un partido autónomo y libre de injerencias », dijo Antonio Jiménez.

Aurora Viso, Francisco Gómez y Antonio Jiménez valoraron el amplio conocimiento de Andalucía y del partido que tiene la candidata a la que apoyan, destacaron el trabajo incasable que lleva realizando por las casas del pueblo de esos municipios de la Andalucía toda y reclamaron un partido donde el dirigente sirva al militante y no el militante al dirigente. « Que a nadie se le señale con el dedo por su opinión », dijeron.

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