TESTIGOS DEL JUICIO

El preso que aterraba a los etarras en Córdoba

Los terroristas habían pedido protección del interno brasileño que está acusado de matar a otro recluso

Francisco Gallaga Ruiz, en un juicio con un compañero del «comando Andalucía» ARCHIVO

P. G-B.

Durante el juicio con jurado popular, un letrado le pregunta al testigo: «¿ Usted tenía miedo del acusado?». A lo que el testigo responde: «¡Cómo no iba a tenerle miedo, un día nos dijo que nos veríamos en el patio!; ¡ todo el mundo le tenía miedo!». Esta frase, que quedó grabada ayer durante el juicio a un preso peligroso por asesinar a otro, es de un compañero de módulo en la prisión de Alcolea, concretamente, del etarra Francisco Gagalla Ruiz . condenado a 346 años de prisión por el brutal atentado que le costó la vida al sargento del Ejército Miguel Ángel Ayllón el 20 de mayo de 1996 en la avenida Carlos III . El terrorista formó parte del Comando Andalucía a mediados de los 90 y fue el responsable de trasladar el material necesario para ejecutar el atentado.

Este peculiar testigo, que compartía horas de patio con el acusado, exigió para declarar en este juicio junto a su otro compañero de ETA, Gorka Vidal , «medidas de seguridad excepcionales», que consistían entre otras cosas en una mampara para no ver al acusado durante la vista , e ir acompañados por varios efectivos de la Policía Nacional en la sala para velar por su seguridad. Y no era porque directamente el acusado de matar a otro compañero de módulo les hubiera increpado o amenazado, sino de «oídas». «Sé por mi compañero», dijo el primero de los dos etarras que actuaron de testigos en el juicio, «que era una persona violenta ». El otro etarra coincidió en que el acusado «era peligroso»; le tenía miedo y una vez le increpó diciéndole que recibían trato de favor de los funcionarios ; algo que «le sentó mal».

Muerte en segundos

En esta cuarta sesión del juicio, el forense del Instituto Nacional de Medicina Legal Pedro Pérez Jorge explicó al jurado que la víctima «murió por un fracaso multiorgánico tras recibir golpes y patadas en todo el cuerpo, fundamentalmente en la cabeza, pero también en el tórax que le provocó rotura de costillas; daños en el riñón; además de en la cara y rodillas, entre otras extremidades».

«Y esto se produjo en poco tiempo, minutos, incluso segundos , como el caso de los hooligans que se ha visto en TV; no tenía lesiones de defensa », ilustró Pérez Jorge. «Seguramente, el autor de los golpes no mantuvo contacto con la víctima sino que de un primer golpe, que pudo ser un puñetazo sorpresivo lo dejó k.o ., y ya en el suelo le propinó numerosas patadas y golpes contra la pared».

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación