MEDIO AMBIENTE
La CHG prepara sanciones para siete almazaras de Jaén y Córdoba por vertidos en el Arroyo Salado
Las aguas derivadas del proceso de almazaras contienen una carga contaminante muy elevada
La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), organismo dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, ha abierto procedimientos sancionadores contra siete plantas de procesado de aceituna después de localizarse vertidos abusivos en el Arroyo Salado de Porcuna , en Jaén. En concreto, la CHG ha informado que de los siete procedimientos abiertos la mayoría corresponden a almazaras jiennenses, pero también hay alguna de la provincia de Córdoba .
El Ayuntamiento de Torredonjimeno (Jaén) denunció el pasado mes de enero vertidos de alpechín al Arroyo Salado, a su paso por el término municipal tosiriano. Y es que el conocido como Arroyo Salado tiene un recorrido de casi 21 kilómetros por el suroeste del término municipal de Torredonjimeno. Desde el Consistorio toisiriano se puso en conocimiento de la CHG para que se investigara y se pidieran responsabilidades al causante o causantes del vertido.
Con el inicio del invierno, la Comisaría de Aguas de la CHG inició la ejecución de un protocolo de vigilancia de vertidos a los cauces de la cuenca con especial atención en las zonas productoras de aceite de oliva. El protocolo de vigilancia está compuesto por más de 50 puntos de control y observación a lo largo de la Cuenca y ha sido diseñado unificando los datos y experiencia de anteriores años.
Esta labor, según ha informado la CHG, se ha intensificado en las últimas semanas tras los vertidos localizados en la cuenca y ha diseñado por ello un despliegue especial con la presencia de siete agentes medioambientales coordinados por el Servicio de Calidad de las Aguas de Córdoba . Este protocolo concreto incluye labores de vigilancia nocturna y en fines de semana, y fruto de esa labor se han iniciado los procedimientos sancionadores antes referidos.
La Comisaría de Aguas ha advertido que algunos de estos vertidos industriales se vierten al alcantarillado público , apareciendo posteriormente en los colectores municipales y ocasionando la mezcla de sustancias de proceso industrial con las aguas residuales urbanas y la consecuente aparición de fenómenos en los cauces que dañan el medio ambiente como malos olores, restos de grasa y espuma.
Las aguas derivadas del proceso de almazaras contienen una carga contaminante muy elevada que en caso de descarga a los cauces de ríos y arroyos puede provocar que desaparezca el oxígeno disuelto, pudiendo dar lugar a episodios de mortandad de peces y demás fauna acuícola . Asimismo, el vertido incontrolado de estas aguas de proceso según su intensidad puede producir también que el agua de un tramo de río pueda resultar incompatible con usos posteriores.