Mario Flores - El dedo en el ojo
Los prejuicios de Nuremberg
La alcaldesa viaja a la ciudad bávara para vender ideas, algo que hubiera arreglado con una llamada de teléfono
Muchas veces, demasiadas, nuestros alcaldes y alcaldesas solo son un juguete muy caro . Igualmente sucede con los concejales y «concejalas» (hoy estoy que me salgo con la equidad de género desde una perspectiva de ídem) y con cuantos gestores y gestoras de la cosa pública se encargan de administrar nuestro erario (hasta aquí la equidad porque de continuar con la tontuna del desdoblamiento gramatical no termino mi artículo de hoy).
Quiero decir que las veleidades de los antedichos , sus caprichos ideológicos o sus «enfoques desenfocados» nos salen a los contribuyentes por un ojo de la cara, sacrificio cuyo resultado final siempre es el de «...fuese y no hubo nada».
Si antier teníamos al concejal de lo que va quedando de Izquierda Unida haciendo turismo ideológico en Cuba , hoy tenemos a nuestra alcaldesa en Núremberg , ciudad alemana a la que ha girado visita para «vaya-usted-a-saber-qué».
Parece que los tiros van en el sentido de informar al alcalde de esa ciudad bávara acerca del objetivo que tiene Córdoba de erigirse en un referente de la producción ecológica del sur de Europa . La cuestión está en saber si antes de informar a su homólogo teutón habrá evacuado la alcaldesa dicha información a los propios cordobeses, a los productores, a las asociaciones agrarias y a todos los directamente concernidos por este asunto.
Digo yo que para trasladar esa buena nueva a su homólogo de Núremberg bien podría haber descolgado el teléfono , que seguro que la tarifa plana nos sale más barato que un desplazamiento en avión y estancia de no se sabe cuántos habrán acompañado a doña Isabel. «¿Está don Ulrich?,... ¡ah, que eres tú!; aquí la alcaldesa de Córdoba. Oye, ¿qué te iba a decir?, que queremos que Córdoba sea referente del cultivo ecológico del sur de Europa, que si te parece bien...pues eso...vale. ¡Ah!, ¿y que si queréis que cuando hagamos las Noches Blancas del Flamenco os mandemos para allá alguna actuación?... de nada, hombre. Oye y que si te hace falta ayuda con lo de la obtención de capital cultural para 2024 que me lo digas, que te mandamos documentación y hasta os regalamos un contenedor cultural con forma de avión... No hay de qué don Ulrich. Venga, ya hablamos... No, cuelga tú,...venga,...no seas tonto... Adiós». (Precio de la mandanga 1,20 euros impuestos incluidos —un poner—. Ahorro para las arcas cordobesas, ni se sabe).
Pero no hombre, hay que ir allí, y de paso nos paseamos por el campo de vuelo de zeppelines , conocemos uno de los escenarios de la megalomanía nazi y culminamos la «jornada de trabajo» con unas magníficas salchichas y una incomparable cerveza alemana . ¡A vivir, que son dos días!
Todo es muy Bibiana Aído ( Nueva York a cuerpo de reina ): veleidades, ínfulas y esto es así « porque yo lo valgo ».
De la inanidad de la gestión de nuestros munícipes principales da cuenta también otra clase de mayestáticas reuniones en las que se firma un « Compromiso por Córdoba » que, a fuer de palabrería y trabalenguas, nos hace creer que el futuro ya está aquí y que la solución a los problemas del paro han venido para quedarse para siempre. ¿Las soluciones que propone nuestra alcaldesa en este enésimo y huero pacto ?, ahí van: «r ecoger un modelo de desarrollo que se adecua a los principios de desarrollo sostenible, que sea territorialmente equilibrado, que favorezca la igualdad de oportunidades, responda a la necesaria responsabilidad social corporativa y conforme a los criterios de calidad, desarrollo tecnológico e innovación». ¿Lo qué?; me lo explique, haga usted el favor.
Y Córdoba y sus gentes siguen donde siempre . Y sus problemas, ya vendrá quien los resuelva.