Agricultura
El precio de la tierra de cultivo baja en Córdoba por primera vez desde 2014
La crisis de las cotizaciones impacta en la demanda de fincas y en sus tasaciones
Desde hace algunos años el valor de las explotaciones agrarias ha experimentado incrementos en función de una mayor demanda de esos suelos, siendo mayores esos encarecimientos en aquellos terrenos sembrados de cultivos con una rentabilidad contrastada, como era el caso del olivar. Ésa era la realidad de este mercado hasta el pasado año en el que empezaron a registrarse bajadas de los precios de venta, en algunos casos de manera importante, de las plantaciones oleícolas como consecuencia del hundimiento de las cotizaciones en origen de este producto. Este hecho no ocurría desde hacía un lustro. Se trata de una transferencia de la cadena de valor. A menos precio de venta del producto que se pone en el mercado, menor tasación también
Según las estadísticas oficiales publicadas recientemente por la Consejería de Agricultura , Pesca, Ganadería y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andaluicía correspondientes al año 2019, el valor de las fincas dedicadas a la producción de aceituna con destino a la molturación de aceite de oliva en el caso del secano se colocaba de media en los 28.854 euros de por hectárea. Esta cifra supone una caída del 12 por ciento con respecto a los datos del ejercicio anterior.
Se trata de un descenso muy importante ya que es poco habitual que haya grandes variaciones en este capítulo en sólo un año, además de que la merma contabilizada en Córdoba es la mayor de las registradas en el conjunto de Andalucía. Asimismo, se da la circunstancia de que no tenía lugar un retroceso en este sentido desde el año 2014, año a partir del cual no dejaron de encadenarse encarecimientos de la tierra de labor.
El crecimiento del sector olivarero en los últimos años en la provincia venía dado en gran parte por una mayor apuesta por el cultivo intensivo y con riego. En este tipo de explotaciones también se ha producido una disminución de sus precios de compraventa. El valor medio se colocaba en 2019 en los 35.703 euros por hectárea, un 5 por ciento menos que 12 meses antes. En 2018 este apartado experimentó una subida del 4,5 por ciento.
Menor demanda
El delegado a nivel nacional de Zona Rural de Tecnitas a, Luis López Crespo, confirmó la menor demanda de plantaciones olivareras como consecuencia de la crisis de precios que asola al sector. Los datos oficiales indican que a lo largo de 2019 las cotizaciones del virgen extra en la provincia sufrieron un descenso de casi el 32 por ciento, quedándose por debajo incluso de los dos euros por kilo. «Llevamos vamos dos campañas malas en las que los agricultores apenas ganan dinero y en muchos casos tienen pérdidas porque los precios que perciben no cubren ni siquiera sus gastos», destacó el tasador que desarrolla su actividad en Córdoba.
La realidad es muy diferente en el caso de los cítricos , que en 2019 ocuparon el primer puesto en cuanto al valor medio de sus fincas, con una ratio que alcanzaba los 38.463 euros por hectárea, una cifra que supuso un incremento del 3 por ciento en relación a la anualidad anterior. López Crespo explicó que este cultivo se encuentra en un buen momento en las localidades de la Vega del Guadalquivir, «sobre todo gracias a que se están introduciendo en esta zona nuevas variedades distintas a las tradicionales, pero que tienen una buena salida en el mercado, lo que propicia el interés de muchos inversores».
Cultivos
El estudio del departamento dirigido por la consejera Carmen Crespo también hace referencia a los cultivos herbáceos , un sector que lleva años sufriendo una profunda crisis de rentabilidad, pero que en 2019 experimentó un ascenso de sus valores del 7 por ciento en la variedad de riego y del 6 por ciento en la de secano. El informe indica que las tierras destinadas para pastos mantuvieron sus valores.
Resulta llamativo el caso de las tasaciones que se registran en viñedos , una actividad que en el caso de la Denominación de Origen Protegida (DOP) de Montilla-Moriles ha sufrido una progresiva pérdida de superficie en las últimas décadas, llegando incluso a estar por debajo de las 5.000 hectáreas en los dos últimos años. Sin embargo, el precio medio de venta de su hectárea se elevó un 2 por ciento hasta situarse en los 33.655 euros.
El representante de Tecnitasa confesó que «yo esperaba que la crisis sanitaria del coronavirus afectara negativamente a estas operaciones, pero ha ocurrido lo contrario, ya que el incremento general de los alimentos durante el estado de alarma ha provocado que muchos inversores apuesten por el campo como un valor refugio». López Crespo indicó que la mayoría de estas transacciones son llevadas a cabo por empresas que desean diversificarse, fondos de inversión o agricultores con cierta experiencia. Eso sí, según afirmó, la tendencia actual es buscar una finca que sea de riego, que tenga una buena dotación de agua en forma de pozos y que carezca de pendientes para facilitar las labores de siembra y recolección, aunque eso suponga rascarse más el bolsillo a la hora de la transacción.
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