URBANISMO

El PP pide que se puedan rotular calles en Córdoba con nombres de personas vivas

Propone una reforma que se utilice sólo en los casos muy relevantes y por consenso

Inauguración, en 2012, de la calle dedicada en Córdoba al fotógrafo Juan Vacas Miguel Ángel

B. L. / R. R.

El grupo municipal del PP en el Ayuntamiento de Córdoba quiere aprovechar la reforma del Reglamento de Honores y Distinciones para establecer una nueva norma en lo que concierne a la rotulación de calles , plazas y jardines . Se trata de una norma, asentada primero por la práctica y después escrita en una ordenanza municipal, la de rotulación de calles. Lo que va a proponer el principal grupo de la oposición es que no haya que estar muerto para que la ciudad de Córdoba, en aras a una trayectoria artística , profesional o humanitaria, decida colocar un rincón de la ciudad para que el homenajeado lo disfrute en vida.

El PP ha propuesto la idea en el plazo de presentación de alegaciones del citado reglamento que lleva años dando vueltas por los despachos municipales sin que encuentre el suficiente acuerdo político como para aprobarse. La rotulación de calles a personas en vida ha de ser usada, según el PP, de forma mesurada para que no tenga efectos contraindicados. En concreto, que exista un consenso de todos los grupos políticos en la aprobación de la propuesta y que existan méritos más que sobrados del personaje en cuestión de forma que no se desvirtúe lo que debería ser una medida extraordinaria.

Trayectoria incuestionable

Este tipo de rotulaciones, se reflexiona en el PP, han de estar cimentadas sobre una trayectoria incuestionable de servicios a los demás. Los populares ponen el reciente ejemplo del economista y jesuita Jaime Loring , quien ya en vida reunió motivos más que sobrados para recibir una distinción . Es lo que ahora se estudiará en el Ayuntamiento de Córdoba .

Las últimas rotulaciones en vida se realizaron en los años noventa cuando aún no existía ninguna duda al respecto de su viabilidad. El poeta Pablo García Baena tuvo su calle en vida, y también el cirujano Manuel Concha Ruiz , entre otros. Las tensiones que se generaron en torno a mediados de esa década con la reforma de la plaza de las Tendillas llevaron al equipo de gobierno de Rafael Merino a establecer un acuerdo con el resto de los grupos de carácter informal para que estar muerto fuese un requisito. Ya con Rosa Aguilar en la Alcaldía se puso por escrito en la ordenanza correspondiente de que hubiese que haber fallecido con tiempo suficiente como para que los méritos se valorasen de forma integral. La normativa no exige un tiempo concreto.

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