El PP de Córdoba denuncia el «abandono» y la «inseguridad» en el barrio de San Agustín

El barrio de San Agustín se encuentra en situación de «abandono y degradación» por la «dejadez del Ayuntamiento» para tomar las medidas necesarias contra el deterioro de las infraestructruras y la ocupación de inmuebles vacíos, según ha denunciado el Partido Popular de Córdoba.

Tras una reunión con vecinos en la plaza de San Agustín, el portavoz municipal del partido, José María Bellido, ha subrayado que en la zona se están produciendo ocupaciones por parte de «bandas organizadas» que además crean un clima de «inseguridad» para los vecinos. Actualmente hay «okupas» en tres viviendas . En dos de ellas llevan un par de años viviendo de forma ilegal un grupo de personas que, tras la actuación por parte de la policía a finales de junio, pasaron a ocupar otra vivienda.

Por su parte, el presidente de la asociación de vecinos del barrio, Rafael Soto ha insistido en que el asunto de los «okupas» es «gravísimo» pero no el único problema. También les inquieta el estado de algunas viviendas y el abandono, en concreto, de los números 4 y 5 de la plaza de San Agustín , de titularidad pública y con un proyecto ideado para construir un centro cívico. «Son el punto negro de esta plaza reformada», ha añadido el portavoz popular.

En este sentido, Bellido también ha manifestado que al edificio del colegio público Luciana Centeno (calle Costanillas) , sin uso educativo desde 2014, tampoco se le ha dado ninguna utilidad, a pesar de que el grupo municipal llevó a Pleno su conversión en centro cívico. Y continuando con las reclamaciones, ha hecho alusión a los arreglos previstos para algunas calles, como Avenida Ollerías o calle Cárcamo, que siguen sin acometerse .

Bellido ha concluido que el Ayuntamiento, y en concreto la alcaldesa, Isabel Ambrosio, «tiene que estar al lado de los vecinos y ser beligerante con los okupas» en vez de dedicarse «a crear comisiones sobre asuntos que no interesan a nadie». Soto por su parte ha pedido a Ambrosio que se reúna con la asociación de vecinos, «no la que hace peroles, sino la que trabaja» para tratar de llegar a «acuerdos» por el barrio.