Rafael González - LA CERA QUE ARDE
Potencias del alma
La Variante es una chapuza de la que hay que huir. Muy cierto
HA dicho el señor subdelegado del Gobierno en Córdoba, Primo Jurado, que nos abstengamos de utilizar la A-4 para salir de la Feria. El señor Primo Jurado es un docto historiador que no conduce. Y no tiene por qué. Eso que se ahorra sobre todo en disgustos. Pero se descubre en su faceta de no conductor cuando apela al respetable «que la gente se conciencie y no utilice esa entrada a la Feria». En realidad sólo podemos traducir esas declaraciones desde una perspectiva filosófica, ya que en realidad «la gente» es un término muy abstracto y la salida a la que se refiere el señor subdelegado no es exactamente una salida ni una entrada sino un problema transcendental y no solo durante mayo. Desde que se inaugurara la Variante Oeste, los cordobeses hemos asistido a un ejercicio filosófico de primer orden. Ya de por sí, dicha variante se cuadruplicó en su presupuesto y alcanzó los 100 millones de euros.
Este es un ejercicio de memoria necesario para establecer una lectura de lo que se nos pide desde la perspectiva aristotélica de la potencias del alma, que tan magistralmente sería enriquecida por Agustín de Hipona siglos más tarde. San Agustín apuntó que la memoria determina el entendimiento, o pensamiento, y la voluntad, quedando así establecidas las tres potencias principales del alma. El señor subdelegado, cuando apela a la conciencia de los conductores, exhorta de alguna manera al entendimiento humano. Yo invitaría a nuestro responsable público a que intente llevar un coche cualquier día del año por alguna vía urbana para que descubriera, «in situ», cómo la humanidad se ha alejado de los preceptos de San Agustín y ha abrazado los de Jorge Javier Vázquez e incluso Supervivientes En La Isla.
«Hay una voluntad expresada públicamente de hacer un nuevo acceso», insistió el subdelegado. He aquí la potencia que nos habla de la voluntad, que es la potencia que nos anticipa el futuro de nuestras acciones, que deben ser dirigidas por las otras dos potencias espirituales. Nos alegra saber que nuestros impuestos han sido tratados con generosidad en un acceso que no lo es y que existe acto de contrición, también con nuestros impuestos. A este periodo ferial se le ha añadido el análisis, así mismo teológico, del edil de Seguridad, el señor Aumente, que vaticinó que esto «va a ser un problema» y que después «nos vamos a cabrear cuando nos veamos en el atasco». El cabreo que presupone el socialista don Emilio es directamente proporcional a la administración que haya ejecutado la variante. Quiero decir que esto, en las variantes de la Junta no sucede. Si el andaluz se cabrea es por culpa de la Administración central, ya que el resto de actuaciones son todo jarana.
Y así estamos una vez más ante una realidad que nos transciende —el acceso de la A4 y la Feria— y una llamada a reencontrarnos con nosotros mismos y nuestra espiritualidad por parte de los responsables públicos cordobeses que nos hablan de lo que ya advirtió Séneca: el degeneratum animae. Demos gracias, pues, de que la chapuza de la variante nos ayude a superar este vértigo existencial cordobés y contemporáneo.