Rafael Ruiz - CRÓNICAS DE PEGOLAND
Política de grifo
El asunto principal del Pleno de la Diputación fue si comprar o no botellas de agua para los actos oficiales. Alucinen
Estimado amigo contribuyente que acabas de hacer la declaración de la Renta : en el Palacio de la Merced hay una Diputación formada por diputados que cobran sus buenos euros por ir a trabajar todos los días. Pues resulta que esta semana, estos señores que viven de lo que tú pagas con el sudor de tu trabajo se dedicaron a debatir durante un larguísimo rato una moción presentada por Ganemos sobre si hay que utilizar agua embotellada o del grifo en los actos oficiales. Yo sé que no das crédito pero que sepas que en esa misma sesión resulta que se aprobó un programa inversor de 37 millones de euros que tardó menos en autorizarse que la famosa iniciativa del agua.
La cuestión, parece ser, es que a los de Ganemos le parece horripilantemente mal que se ponga Font Vella o Solán de Cabras a los oradores de los actos oficiales porque resulta que el agua no es una mercancía y tal. Por ende, han optado por dedicar tiempo y dinero del contribuyente a debatir si acudir al agua del grifo, conocida en Córdoba como Fino Anguita . El caso es que la moción va acompañada de un completo informe de una organización de ingenieros apoyando tal iniciativa. Amigo contribuyente que no tienes empresa «off shore»: resulta que la moción acabó rechazándose con los votos en contra de PP y PSOE tras minutos y minutos de debate del que solo se abstuvo de intervenir —acertadamente— el portavoz de Ciudadanos, David Dorado.
A mis años, estimado amigo que has contribuido con el fisco recientemente, estoy curado de espanto. Pero esta asunto me ha llamado poderosamente la cuestión. Si una serie de representantes públicos creen que no tienen nada mejor que hacer que discutir si beber agua del grifo o no es que son por completo prescindibles. Y si son prescindibles pues a la puñetera calle, que hace fresco. Imagino que esto del agua —que es una majadería soberana, superlativa— tiene cauces más baratos para hacerse que no son los de ocupar el tiempo del máximo órgano representativo de los setecientos mil y poco cordobeses que en la provincia estamos. Y una vez rellenada la declaración de la Renta, creo que los contribuyentes —como usted y yo— estamos en nuestro perfecto derecho de creer que los instigadores —la diputada Ángeles Aguilera— y quienes le siguieron el juego tienen que estar en su puñetera casa para que les pague el sueldo Perry Mason. El espectáculo ha sido bochornoso y la falta de respeto a los electores, supina.
Amigo contribuyente que vas a pagar el IBI en próximas fechas con todo el dolor de tu cartera: creo que ha llegado el momento de decirlo. Ya está bien de política de grifo. Tomar a la gente por gilipollas está mal, muy mal. Tanto en aquellas ocasiones donde se hace por lucro inconfesable como cuando se olvida, y últimamente sucede muy a menudo, que la nómina que el político cobra a final de mes no brota, como el agua, de un grifo.