INFRAESTRUCTURAS
Polígonos industriales: abandono sin inversión
Malas conexiones viarias, ausencia de transporte público, caos circulatorio y suciedad conforman la postal del polígono
La situación de los polígonos industriales hace incomprensible su exclusión de los planes de obras. Los problemas de estos núcleos fabriles suelen ser casi siempre los mismos. Y no son cuestiones solo de falta de mantenimiento sino que, en algunos casos, se trata de problemas arraigados para los que aún no se ha abordado una solución definitiva. Este es el caso de la falta de planes de movilidad que hagan más accesibles estos lugares.
«Aquí trabajan unas 10.000 personas», señalan desde la asociación de empresarios del polígono de la Torrecilla . Muchos más trabajadores, aunque el dato no ha sido facilitado, son los que tienen directa o indirectamente su puesto de trabajo en Las Quemadas . El representante de los industriales de esta zona, José Antonio Piedra, reclama la conversión de la antigua N-IV en una vía urbana , «con sus acerados, su carril bici y por supuesto con sus líneas de autobuses al polígono».
Aucorsa impulsó una línea en La Torrecilla , que fracasó, y barajó instalar otra a Las Quemadas , sin que llegase a fructiferar. En los polígonos donde sí llega el transporte público, como Chinales o El Granadal , el número de paradas es insuficiente.
Deterioro del acerado
Los acerados y su mal estado es otro problema habitual. Muchos se deterioran al ser usados como aparcamiento ante la falta de ordenación del tráfico en los polígonos. En este sentido, los industriales indican otra deficiencia y muestra más del abandono de estas zonas, como es la ausencia de la Policía Local para regular el tráfico y dar seguridad con su presencia a estas zonas industriales.
La limpieza urbana ha mejorado, en parte «porque pagamos para que nos pongan contenedores frente a nuestras fábricas», indican los industriales. «Pagamos más impuestos que el resto de vecinos pero no tenemos los mismos derechos». En el caso de Chinales , la suciedad supone un problema los fines de semana por la afluencia de jóvenes a la discoteca y los botellones en la calle, indican los empresarios.