Arqueología
El poblado íbero de Belmez que sobrevivió a un pantano muestra sus secretos
Las últimas excavaciones han hallado los restos de un horno de pan y cerámica pintada y han constatado que hubo algún tipo de actividad metalúrgica
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Hace menos de un lustro que el pantano de Sierra Boyera, al lado de Belmez , reveló un hallazgo insospechado. Bajo sus aguas se hallaba un poblado íbero que afloró por vez primera en 2017 debido a la bajada del nivel del embalse.
Las sequías y periodos de lluvias se alternan en el Valle del Guadiato, como ocurre cada cierto tiempo en todo el país. Ya antes el embalse había visto cómo bajaban sus aguas, pero nunca habían aflorado restos arqueológicos. ¿Por qué? La respuesta está en la propia acción del agua .
Una foto aérea de la zona tomada en 1956 -trece años de que comenzara la construcción de la presa en 1969-, en el conocido como «vuelo americano», tampoco revela nada en el promontorio que sirve de apoyo a la balsa. El poblado íbero había quedado sepultado y protegido por la tierra tras siglos de olvido. Tras el llenado del embalse, el agua empezó a hacer su trabajo poco a poco y disolvió los sedimentos, dejando a la vista la cimentación de los muros del poblado. Cuando en el otoño de 2017 el nivel del embalse bajó, apareció un yacimiento que parecía totalmente excavado.
Casi de inmediato compenzaron las primeras excavaciones arqueológicas , dependientes siempre de los caprichos del tiempo. Se realizaron en 2017, 2019 y 2020 . El último estudio se publicó en diciembre del año pasado en la revista ' Antiquitas ' con los resultados de las investigaciones de 2020 que llevaron a cabo un grupo de expertos de varios centros andaluces liderados por la Universidad de Granada, entre ellos la Universidad de Córdoba, con el título 'El Oppidum de Sierra Boyera en contexto' .
La importancia de estos estudios radica en que «s on los primeros que se realizan en el Alto Valle del Guadiato en cuanto a la protohistoria del Norte de Andalucía se refiere», afirman los autores, que han datado los restos en torno a los siglos VI-V hasta el II a.C .
La última campaña de excavaciones ha arrojado más luz sobre lo que hacían aquellos primeros moradores de la zona. Se han encontrado los restos de un posible horno de pan y un depósito con cerámica pintada. Además, los investigadores avanzan que en el poblado íbero se desarrolló algún tipo de producción metalúrgica , en consonancia con los recursos de la zona.
Este estudio apunta que la ubicación del poblado «parece responder al control estratégico del territorio , en la ruta que une el Valle del Guadalquivir con el Guadiana Medio». Sus pobladores escogieron con tino, ya que el promontorio se eleva sobre lo que hace milenios debió de ser una fértil vega en las riberas del Guadiato, ahora sepultada por el pantano.
El poblado íbero de Belmez sólo revela sus secretos cuando el pantano de Sierra Boyera lo permite, lo que suele ocurrir cuando el embalse está por debajo del 40 por ciento de su capacidad. Como ahora, cuando la falta de lluvias lo ha dejado al 25 por ciento.
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