Municipal

El Pleno de Córdoba aprueba la bajada de impuestos como una delimitación ideológica

Los grupos votan y establecen sus discursos por «bancadas»

El alcalde y Fuentes conversan con Paula Badanelli Salas

Rafael Ruiz

El Pleno del Ayuntamiento de Córdoba ha aprobado las ordenanzas fiscales de 2010 y la primera rebaja tributaria de entidad en una década con una media ponderada cercana al 2 por ciento. Lo hizo en una sesión ideológica. Donde el centro, el centro-derecha y la derecha-derecha apoyaron la medida como buena y benéfica. Y el centro-izquierda, la izquierda y la izquierda verdadera la rechazaron por pérfida, mala para los servicios públicos, injusta. « Obsceno, ofende al poder », dijo Isabel Ambrosio (PSOE). «La ciudad puede arder», dijo Alba Doblas. El expediente se basa en el sello del coche y en el IBI.

El debate no fue tanto práctico sino poético. Por bajar el IBI de un huerto y una parcela (el latifundio no se da precisamente en el término municipal de Córdoba) se beneficia a los terratenientes (que en Córdoba tienen sus propiedades en otros municipios), por bajar el impuesto de los ciclomotores se empeora la calidad del aire de forma insensata. Ni siquiera se ha prohibido la apertura de nuevas casas de apuestas, cosa que parece complicado de cuadrar en unas ordenanzas fiscales. Los impuestos de los ricos, resumiendo .

Fuentes realizó una exposición técnica del asunto con la retahíla de medidas que avala sin que le obliguen. También defendió las que Vox le ha sacado en las negociaciones. El acuerdo con la ultraderecha llevó al debate a una cuestión de bancadas. A un lado, los que vienen a cuidar a la clase media devolviendo parte del esfuerzo fiscal realizado en los últimos años. Desde el otro lado, los que vienen a cargarse los servicios municipales, a privatizar, a cargarse el Ayuntamiento de Córdoba. El voto por «bancadas».

«No voy a privatizar ningún servicios públicio», advirtió Fuentes en su contrarréplica. « Obsceno, me ha dolido, señora Ambrosio », remató con sorna. «Puedo ser ultra pero obscena, no», dijo la portavoz de Vox, Paula Badanelli. Era una cuestión de posicionamiento político. El PP, Cs y Vox están mirando a los barrios de clase media, al funcionariado, a los que pasan del piso al adosado. La izquierda se orienta a esa vocación obrerista que aparece, sobre todo, en la oposición. Lo dijo Badanelli: «hay cordobeses que también tienen derecho a que su ayuntamiento los mire».

Hasta tal punto fue la política de bancada que solo se aceptó una alegación, de Izquierda Unida, que tiene un carácter jurídico. Cuando una persona da positivo en un control de alcohol o drogas, tiene derecho a pedir un contraanálisis. En este expediente, se le hacía pagar ese análisis aunque posteriormente se le exonerase de toda culpa por ser un falso positivo. El PP también se comprometió a estudiar la medida de Kichi en Cádiz de considerar a las personas con los ingresos de Iprem más reducidos .

«Entre los beneficiarios de estas ordenanzas están algunos de ustedes y algunos de sus amiguetes», afirmó Alba Doblas, que auguró un hundimiento de los ingresos para sostener los servicios públicos. «Tienen en cuenta a las familias numerosas pero no a las monoparentales », dijo Ambrosio, que en su etapa como alcaldesa tampoco tenía beneficios fiscales en el IBI para este tipo de familias.

Isabel Albás , de Ciudadanos, tuvo un papel más discreto por una razón política: la gestión directa del expediente la ha llevado el PP y las negociaciones con Vox. Afirmó que en ese tiempo la comunicación ha sido total. «Nosotros somos un gobierno y, señora Ambrosio, usted no pintaba nada en sus ordenanzas fiscales».

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