URBANISMO

El Plan Especial de la Sierra de Córdoba, otra vez paralizado

El proyecto sigue en el cajón un año después de que Pedro García anunciara su reactivación

Derribo de una casa ilegal en una parcela de la Sierra ABC

RAFAEL VERDÚ

Hace ahora un año, el 21 de julio de 2016, el presidente de la Gerencia de Urbanismo, Pedro García (IU) , anunciaba a bombo y platillo que iba a rescatar uno de tantos grandes programas caídos en el olvido. Era el Plan Especial de la Sierra , un ambicioso proyecto para regular el montuoso entorno al norte de la ciudad. Lo sacó del cajón en el que, según él, lo había metido el anterior gobierno municipal del PP. Lo desempolvó, dio una rueda de prensa y lo dejó donde estaba.

Doce meses después de aquel anuncio, nadie sabe nada del Plan Especial de la Sierra, y Urbanismo no ha querido explicar en qué estado se encuentra la reactivación del proyecto, si es que existe tal cosa. Ninguno de los colectivos implicados consultados por este periódico, y que en su día presentaron alegaciones al documento —de eso hace ya siete años, en la aprobación inicial de 2010—, sabe nada al respecto, al margen del anuncio público de Pedro García. El testimonio más relevante es el de José Roldán , catedrático de Ingeniería Hidráulica de la UCO que coordinó la redacción del Plan, al que Pedro García recurrió para su ampulosa presentación de hace un año. «Llevo cinco o seis años alejado del tema. Hubo un intento [el de julio del año pasado] pero ya no me avisaron más. No se me ha consultado nada desde entonces, así que debe estar parado ». Y concluye el profesor: «Sus motivos tendrán» .

El Plan Especial de la Sierra se remonta como poco a principios de siglo. La propia Izquierda Unida llegó a prometerlo para la legislatura 2003-2007 , cuando regentaba la Alcaldía. El documento se redactó y se llevó a exposición pública. Se presentaron alegaciones —casi todas rechazadas, según los colectivos consultados— y se aprobó inicialmente en 2010 , pero nunca pasó de ahí. El problema es que desde entonces han cambiado muchas cosas, tanto en el territorio físico —el crecimiento de las urbanizaciones, autorizadas o no— como en el plano legal, con la reforma de la Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía (LOUA) . El documento original del Plan de la Sierra, una década después, ha quedado obsoleto, y su actualización no es fácil ni cómoda para ningún gobierno municipal.

En el fondo de la cuestión cohabitan múltiples intereses . Por un lado, quienes quieren p roteger un territorio natural que abarca un tercio del término municipal de Córdoba, muy transformado por la actividad humana pero al mismo tiempo refugio de especies animales y vegetales. Por otro, aquellos que habitan la zona , los vecinos, que pagan sus impuestos —la mayoría de las urbanizaciones son «legales»— y que quieren los mismos servicios, o similares, que quienes viven en el centro de la ciudad. Entre medias queda el gobierno municipal, sea del signo que sea, para el que «es mejor no meneallo» .

Juan Escribano, portavoz de Ecologistas en Acción , apunta que el Plan de la Sierra, tal como se redactó en su momento, «es mejor que otros y es mejor que no tener nada , pero entendemos que se podía ir más allá»en cuanto a la defensa medioambiental. Lo ideal, para los ecologistas, sería establecer algún tipo de protección legal, una cuestión sensible que choca no sólo con los parcelistas, sino también con los propietarios de cotos y grandes fincas, latifundios «con reticencias a delimitar el uso de espacios públicos», dice Escribano.

Justo lo contrario piensan los vecinos: el Plan «habla mucho de flora y fauna, ríos y arroyos, pero no tiene en cuenta a las personas y constriñe la vida humana. Parece un documental de National Geographic ». Son palabras de Juan Andrés de Gracia , presidente del Consejo del Movimiento Ciudadano (CMC), organismo que hizo suyas las alegaciones de la Federación de Asociaciones de Vecinos Al-Zahara en 2010. El CMC ha repetido este mismo año sus propuestas para cambiar el plan, y pide a Urbanismo que las tenga en cuenta en la modificación del documento, o en su defecto que se haga una nueva aprobación inicial que permitiría presentar las mismas alegaciones. ¿Y qué dicen los vecinos? «La Sierra no puede ser un Parque Natural. Hay zonas que proteger» pero « ahí viven personas que no son okupas , tienen la ley a su favor», indica De Gracia.

Según Escribano, «el Plan es demasiado conflictivo porque hay muchos intereses en juego. Cada cierto tiempo se anuncia pero nunca se hace». Si algún día se aprueba, será después de muchos avisos previos , como en el cuento de Pedro y el Lobo. Ya no quedan lobos en la Sierra, pero sí está Pedro.

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