INAUGURACIÓN
Pistas para ver los fuegos y el alumbrado de la Feria de Córdoba 2017 en sitios inmejorables
La explanada de la portada, la Noria de la calle de atracciones, la Ribera o el Puente Romano son algunas opciones
La jornada de este viernes tiene un broche de oro en Córdoba: los fuegos artificiales que abren de un modo oficial la celebración de Nuestra Señora de la Salud en el recinto de El Arenal. A esa hora estallará el cielo de la Feria y el alumbrado se encenderá para dar carta de naturaleza a siete días de encuentros familiares y de amigos, de bailes y de encuentro con una de las tradiciones festivas más arraigadas en la ciudad.
Pero, ¿dónde hay que situarse para ver los fuegos de la medianoche con la certeza de que la contemplación del espectáculo lucirá? Las opciones son varias. Una de las más convenientes es la propia portada de la Feria, pues en ella suele concentrarse un público numeroso si bien la bullas son soportables y no incomodan en exceso; además, esta ubicación cuenta con la ventaja de que las casetas quedan muy cerca.
En la noria
Para los amantes de las alturas y de las buenas perspectivas hay una posibilidad que no conviene descartar: es la de subirse a la noria y cruzar los dedos para que cuando el operario le dé al botón de parada a uno le coja en todo lo alto. Si uno prefiere la vista panorámica pero de un modo más tranquilo siempre puede acudir a la terraza del Hotel Hespería, donde con una buena compañía y una bebida relajante se puede disfrutar de los fuegos artificiales tranquilamente.
Más ideas: buscar el contrapunto el fuego en el agua. La cercanía del Guadalquivir a El Arenal hace fácil encontrar acomodo en la Ribera, por ejemplo, o en alguno de los puentes del centro, como por ejemplo el de San Rafael o el de Miraflores, para dar la bienvenida a la celebración como es debido.
Una última recomendación, dirigida sobre todo a quienes no quieran salir de casa: subir a la azotea del domicilio propio puede ser una buena idea. Y si ésta no tiene una buenas vistas está la opción de llamar a un amigo que viva en un lugar que sí las posea.