UNIVERSIDAD

Un piso de estudiantes para compartir en Córdoba... o no

Las inmobiliarias aplican cláusulas a los estudiantes en prevención de otro confinamiento o suspensión de clases

Una mujer pasa delante de varios anuncios de pisos de estudiantes VALERIO MERINO

Hugo Barcia

Agosto llegó a su fin y comienza a partir de este martes el tradicional regreso a la capital de miles de estudiantes universitarios que afrontan el inicio del curso académico más anómalo que se recuerda por la incidencia del Covid-19. No obstante, el desafío es doble para muchos de ellos, que además de enfrentarse al reto de la vuelta inminente a las aulas -virtuales en la mayoría de los casos- también requieren de un lugar donde residir . Tarea complicada en plena pandemia, puesto que nada garantiza que la situación no se vuelva a ir de las manos y muchos tengan que abandonar sus habitaciones en dirección a sus domicilios habituales.

Y es que la Universidad de Córdoba ya comunicó en julio a sus estudiantes que las clases serían semipresenciales, es decir, un híbrido de la enseñanza tradicional -con los alumnos acudiendo a las clases- y la enseñanza online -aquella que se impartió desde la aprobación del estado de alarma en marzo y que reunía a profesores y estudiantes frente a frente, con un ordenador y una conexión a Internet de por medio-. Un modelo útil para el Covid, pero que ha generado dudas entre el alumnado .

Es el caso de Susana Cañete , alumna de tercer año del doble grado de «Traducción e Interpretación de Francés y Filología Hispánica» procedente de Carcabuey. Durante sus dos primeros cursos permaneció en una residencia de la Universidad , pero debido a las circunstancias actuales, en las que solo tendrá que acudir a clase seis semanas del primer cuatrimestre, decidió mudarse a un piso .

« Me planteé no vivir en Córdoba y venir los días de clase , pero como tengo clases de mañana y tarde era un poco complicado», explicó a ABC. El precio del piso , unos 500 euros más barato que el de la residencia, también le ayudó a decantarse por cambiar de aires. Eso sí, no tiene miedo de compartir espacio con gente desconocida durante la pandemia . «Ni me lo había planteado», afirmó al respecto.

Menos Erasmus este año

Igual que ella piensa Mateo Cornelli, estudiante de Erasmus procedente de Bérgamo, Italia. Aunque no supo hasta hace unas semanas si finalmente podría acudir a España, lo cierto es que en ningún momento pensó en echarse a atrás. « No tengo miedo », argumentó. Su nuevo piso, en Ciudad Jardín , lo encontró a través de «Interasmundo», una web especializada en ofrecer ayuda a los estudiantes de programas de intercambio internacionales para buscar pisos en el lugar al que se dirigen. Este año han tenido trabajo, por supuesto, pero mucho menos que en años anteriores, puesto que por el Covid « se ha reducido mucho el número de Erasmus ».

Los estudiantes no son los únicos protagonistas en esta historia. Inmobiliarias y particulares que ofrecen alquileres a este público tan joven también observan con temor cómo el número de inquilinos ha disminuido drásticamente este año , y cómo deben incluir cláusulas en los reducidos contratos que firman para evitar otro desastre en caso de que se vuelvan a suspender las clases. Todo tiene que quedar perfectamente atado .

Así lo indicaron desde la Inmobiliaria Barin , donde una de sus encargadas explicó que ellos aplican a todos los contratos una misma cláusula liberatoria : en caso de confinamiento o de que las clases pasen a desarrollarse completamente por Internet, los estudiantes podrán rescindir inmediatamente el acuerdo sin ningún tipo de penalización. « Entendemos que es una causa de fuerza mayor », explicó a ABC la empleada. El Covid ha afectado fuertemente a su sector, que ha visto reducido notablemente el número de contratos que firman: «no me atrevería a dar una cifra, pero se ha notado mucho », concluyó.

También lo tiene claro Rocío, quien cuenta con un piso con cuatro habitaciones que alquila para estudiantes cada año. De momento no había encontrado ningún inquilino, algo que no le había sucedido nunca por estas fechas, cuando en circunstancias normales «ya estaría todo ocupado», afirmó. Al igual que las inmobiliarias, ella también va a incluir cláusulas en los contratos que dicten qué hacer en caso de nuevo confinamiento o de suspensión de las clases, aunque en su caso, dijo que prefiere «tratar el tema personalmente con cada inquilino, para estudiar su situación particular». Eso sí, la fianza se devolverá , aseguró.

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