Desde mi rincón
Personas, no políticos
El Ayuntamiento ha de contar con todo el mundo para el proyecto de la base logística
Es una realidad que en España los partidos políticos anulan la personalidad de sus militantes, inculcando en ellos el cómo pensar y actuar en todo lo referente a la cosa pública. Eso origina espectáculos tan lamentables como comprobar que aquello que en privado algunos políticos dicen pensar y defender, cuando tienen que pronunciarse como partido defienden o aplauden lo contrario perdiendo su identidad como personas libres y racionales. Este mal, propio de todos los partidos, hace un daño enorme a los ciudadanos. ¡Veamos!
Córdoba va a competir con otras ciudades españolas para conseguir ser la «sede de la macro base logística del Ejercicio de Tierra». Para eso es necesario presentar un proyecto que recoja nuestras fortalezas y venderlo de manera convincente a quienes tienen que decidir. El alcalde Bellido lo define como proyecto de ciudad . Pues si alcanzar ese objetivo es tan importante para Córdoba, nadie debería ser excluido a la hora de colaborar en su confección y en el camino que hay que hacer para conseguir ser los elegidos. Esto es lo razonable. Pues no sé por qué, aunque lo imagino, las cosas no van por ahí. Desconozco si los partidos que no conforman el gobierno municipal están participando activamente en ese proyecto, en su confección y defensa, y consecuentemente se responsabilizan también del éxito o fracaso del mismo. Desconozco si se ha pedido la colaboración de personas que residiendo en Córdoba, están relacionadas y bien informadas de las necesidades y deseos del Ejército. Actuar así es pensar en Córdoba. Hacerlo de otra manera es pensar en partido. Estoy convencido que sentados en una mesa ante una copa de vino, gobierno y oposición municipal estarían dispuestos a actuar conjuntamente. Pero cuando dejan de ser personas para convertirse en políticos las cosas cambian, con enorme daño para la sociedad a la que unos y otros se deben.
Si la unión hace la fuerza , los partidos actuales actúan como disolvente. Por eso, si de verdad queremos avanzar, elijamos a nuestros representantes entre aquellos que actúan como personas, no a los que siempre actúan en clave política.
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