PATRIMONIO
La Pérgola del Duque de Rivas de Córdoba: un espacio romántico de cambiante destino
El Ayuntamiento, pendiente del desalojo del inmueble, quiere llevar allí las Concejalías de Casco Histórico y Turismo
Pocos rincones tiene Córdoba tan románticos y evocadores como los Jardines del Duque de Rivas , que adornan la fabulosa escultura del poeta, dramaturgo, político y aristócrata decimonónico y el edificio neoclásico de La Pérgola, que salió a su vez de la imaginación de uno de los mejores arquitectos del siglo XX cordobés, Carlos Sáenz de Santamaría.
El aroma de este rincón inmerso en los Jardines de la Victoria parece difícil de negar, como también resulta innegable su mal fario, su cruz histórica, pues son numerosos los proyectos frustrados que se acumulan en este entorno y en especial en el inmueble, de propiedad municipal . Biblioteca en sus inicios, en los albores felices de aquella II República que acabaría bajo el olor de la asonada y la pólvora de la guerra civil del 36, ha tenido a lo largo de las décadas numerosas utilidades volanderas pero nunca nada fijo que lo haya convertido en referente para los cordobeses o, al menos, en un lugar con vida diaria y estable. Bien al contrario, no han sido pocas las ocasiones en las que se ha visto este espacio asolado por la suciedad y el gamberrismo, que no dejan de ser los heraldos negros del olvido.
Cuando se cumplen 90 años de la reordenación de este espacio y de la inauguración de La Pérgola , el Ayuntamiento de Córdoba trabaja ahora mismo en un nuevo plan de usos, una vez que ha dado por concluido el proyecto llamado Modo, emprendido durante el mandato anterior, al entender que se habían incumplido las condiciones de la adjudicación. El teniente de alcalde de Urbanismo , Salvador Fuentes, concreta en ese sentido que el 13 de julio concluyó el plazo para que la empresa concesionaria del inmueble abandone el edificio, decisión que les transmitió el actual equipo de gobierno tras comprobar que acumulaban varios años de impagos del alquiler del espacio.
Fuentes añade que «hemos tenido que acudir a la Policía Local para que notificaran las resoluciones de extinción de concesión y abandono, ya que por nuestros medios había sido imposible notificar a los interesados que ha transcurrido el plazo que tenían para abandonar el inmueble». El escenario, en el caso de que decidan no dejar La Pérgola de forma voluntaria, pasa por «el inicio de un proceso de ejecución forzosa del acto administrativo, posiblemente una ejecución subsidiaria», proceso jurídico en el que el Consistorio «se encuentra ya trabajando».
En cuanto al futuro, la intención del Ayuntamiento se centra en ubicar en el edificio «de inmediato», y una vez quede libre, las delegaciones municipales de Casco Histórico y de Turismo. Fuentes argumenta que existen necesidades de espacio añadido por el Covid-19 que justifican la urgencia del traslado, al tiempo que lo considera una mejora sustancial ya que La Pérgola será sede de dos de las concejalías más atractivas para el visitante de cuantas dispone la ciudad.
Con eso, según entiende el equipo de gobierno, se garantiza de forma definitiva su mantenimiento y estado de conservación, algo importante después de los episodios de abandono vividos en el pasado. Aún así, también se trabaja en la posibilidad de dejar un espacio cultural, un uso que ya ha tenido La Pérgola en proyectos anteriores con éxito discutible aunque siempre se ha considerado como apropiado para este espacio por su singularidad, por su belleza e incluso por su relación con el Duque de Rivas. Lo que sí desaparece en este plan es el uso hostelero , que también ha sido recurrente en los últimos intentos.
Con estos planes, el Ayuntamiento quiere dejar atrás tanto fiasco y volver a la ilusión que rodeó el proyecto en 1929, cuando se hizo cargo del diseño arquitectónico de La Pérgola Carlos Sáenz de Santamaría, un profesional cuya firma está también en otros edificios y espacios señeros de la ciudad como La Aduana y la Cruz del Rastro o en el urbanismo del barrio de Cañero, además de en proyectos como el pabellón de Córdoba en la Exposición Iberoamericana de Sevilla.
Los últimos intentos
Lo que se pretendía por entonces era ampliar y reordenar los Jardines de la Victoria , que habían sido diseñados en el último tercio del siglo XVIII y a lo largo de todo el XIX con sucesivas decisiones de los corregidores y alcaldes de la ciudad . Con La Pérgola lo que se buscó fue disponer de un pabellón acristalado, tan del gusto en la época, en el que poder ubicar ferias y exposiciones, aunque luego, en los comienzos de la II República , se decidió instalar allí una biblioteca.
Posteriormente, durante el franquismo , se utilizó también como caseta de Feria en las fiestas de Nuestra Señora de la Salud , para lo que se construyeron en su totalidad las partes que estaban descubiertas, y finalmente cayó en el desuso, hasta el punto de que los cordobeses olvidaron su origen. Se acabó convirtiendo en un espacio destartalado y lúgubre, impropio del principal pulmón verde del centro de Córdoba y de unos jardines dedicados a uno de sus más célebres escritores.
La recuperación del espacio se decidió a finales del siglo XX, concretamente en 1998. Fue entonces cuando el Ayuntamiento y la Junta proyectaron la recuperación del inmueble con fondos públicos , que finalmente se fueron en torno a los 800.000 euros de presupuesto. La reapertura , ilusionante, tuvo lugar en 2002 bajo los usos de sala de exposiciones, ludoteca y establecimiento hostelero. Sin embargo, lo único que tuvo continuidad fue el uso como bar, con proyectos como «La Musique» o «Pérgola Copas». Por contra, nunca fue un centro cultural relevante. Aquella iniciativa llegó a su término en 2008, cuando la comisión municipal de licencias decidió denegar el permiso a la empresa que la gestionaba por arrastrar irregularidades en su gestión desde el año 2005. Al inicio de la década siguiente, y tras varios años de cierre, se habló de vincularlo a la candidatura de Córdoba como Ciudad Europea de la Cultura de 2016, una iniciativa que quedó en nada como tantas otras que se desarrollaron en torno a una carrera que terminó en decepción, trauma y colapso de la gestión cultural cuando tal distinción recayó en la ciudad vasca de San Sebastián.
La última aventura que vino a sumarse a este cúmulo de proyectos truncados fue la llamada Espacio Modo, que abrió sus puertas en 2015 tras un concurso laberíntico del que se venía hablando desde 2010. El objetivo fue ofrecer espacio para empresas creativas , programación cultural y cafetería . Los incumplimientos de la empresa en los pagos, según explica Urbanismo , es lo que ha llevado al Ayuntamiento a poner fin a esta iniciativa. La Pérgola, sujeta como se aprecia a una sucesión de decisiones truncadas por hache o por be, sigue a la espera de un proyecto sólido que permita que se mantenga, cuando menos, con el estado de conservación que merece un edificio de este tipo, característico de las zonas de esparcimiento de hace una centuria.
También adecuado para uno de los rincones más románticos de la ciudad , en el que resuenan los ecos de los dramas repletos de imaginación del Duque de Rivas, que desde su pedestal ha ido observando durante décadas con orgullo, capa, rizos al viento y donosura los diferentes intentos de dar vida a un espacio que nació para el disfrute y el tráfago de gentes y no para ser nido de ratas y suciedad.
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