CONSUMO
El perfil del traficante de humo
El contrabandista adopta múltiples caras: desde el mafioso al simple parado
Cuando se habla de contrabando de tabaco, la primera imagen que viene a la cabeza es la de organizaciones delictivas que falsifican las grandes marcas y se valen del tráfico ilícito de cigarrillos para financiar otras actividades ilícitas de mayor calado. Pero no. Cualquiera puede dedicarse a la venta de este producto sin someterse al abono de los preceptivos impuestos.
Fuentes policiales consultadas apuntan que, grosso modo, hay dos tipos de personas que se benefician de este prolífico negocio. Por un lado está el pequeño contrabandista. Suele ser un hombre en edad laboral que se encuentra desempleado y que reside, preferiblemente, en áreas próximas a focos tradicionales de entrada del contrabando.
Por otro, figura el gran traficante; también suele ser un varón, muchas veces con antecedentes delictivos. En este grupo suelen figurar ciudadanos de la Europa del Este; sin olvidar la participación de redes delictivas, de países asiáticos fundamentalmente, que intentan introducir ilegalmente en el mercado europeo cajetillas de tabaco elaboradas en diversos puntos de ese gran continente. «Pero, aparte de esto, no se puede identificar a un contrabandista por su perfil; cualquiera puede serlo», apuntaron las mismas fuentes.
En las aduanas
¿Cómo entra la mercancía que después se distribuye en Córdoba? Las organizaciones delictivas más importantes intentan introducir grandes cantidades de tabaco de contrabando, sobre todo, por mar en contenedores bajo declaración aduanera falsa. Los métodos de introducción son muy diversos; por ejemplo, aquel en el que tabaco suele ir oculto detrás de mercancía pantalla en el contenedor. También se han dado casos de exportaciones simuladas de contenedores de tabaco declarado para exportación (sin impuestos) que finalmente se queda en España para venta en el mercado negro. En otros casos, se sirven de otras personas, mejor si son insolventes para no pagar sanciones, para que extraigan pequeñas cantidades de tabaco de zonas de baja imposición sobre el precio del tabaco (Gibraltar y Andorra).
Una vez obtenida la mercancía, los puntos de venta son diversos. Según el presidente de la Asociación de Estanqueros de Córdoba, Manuel Fernández, «son diversos. No solo quioscos, sino que ya se distribuye tabaco de contrabando en establecimientos que van desde fruterías a panaderías. Sobre todo en los pueblos, donde se vende en muchas viviendas de particulares. A nosotros todo esto no hace mucho daño, porque tenemos que seguir pagando los mismos impuestos, pese a la caída más que significativa de las ventas».