Natividad Gavira - PUERTA GIRATORIA

Pequeñas donaciones

La Iglesia recibe entregas gratuitas de personas que le confían sus bienes porque saben que estarán bien gestionados

Cada vez que escucho a los valedores de las titularidades públicas como garantía de gestión , trasparencia y rentabilidad me acongoja la unidad de su mensaje por miope y soberbio. Cruzan cuatro datos, los adornan con los atributos de la igualdad, la legalidad y la revisión histórica y sirven, al fin, el plato fatuo de la controversia contra la Iglesia , que siempre les sale gratis. Caminan sobre las certezas que les da su racionalidad y los estudios ad hoc que fabrican para potenciar su discurso y, cuando descifras su finalidad, entiendes el motivo de la ocultación protegida en el seguidismo. Para muchos oponerse a la Iglesia, criticarla e infundir a través suya los miedos del pasado, es equivalente a libertad y progreso .

Cuando se debate -en esta ciudad va para un lustro- sobre la Iglesia y sus propiedades, me recojo en «lo pequeño» para ver que hay una parte de la Iglesia intencionadamente desconocida por los que a tambor batiente buscan en sus razones toda la legitimidad. Lo pequeño son muchos cordobeses de ahora y de antes que se acercan a la Iglesia para dar, para encontrar en la donación diminuta y solemne un significado de relación con Dios. Lo pequeño es la madre que como agradecimiento decide dar una sortija para la patrona del pueblo cuya corona fabrica el orfebre con cada retazo de material regalado, fundiendo promesas y esperas . Entonces, ¿quién puede revocar esa propiedad?, ¿alguien puede juzgar el medio que movió al donante a adquirir un cuadro para entregarlo a su ermita?, ¿puede alguien señalar si la Iglesia como institución media en esa voluntad? La Iglesia adquiere bienes por otras vías pero ésta es la medida que le confiere una naturaleza distinta a lo que posee, una magnitud que nadie puede tasar . Después, la Iglesia buscará la permanencia porque nadie tiene más claro la fugacidad de todo cuanto le rodea, esa acelerada sucesión de tiempos en los que debe ser testigo de lo perdurable.

Hoy termina en Córdoba la décima jornada nacional de museólogos de la Iglesia de toda España , ellos saben más que nadie de la riqueza que representan los bienes de cada diócesis, de cada pueblo. Son los expertos que dirigen museos catedralicios y diocesanos y otros que saben ubicar el convento más lejano y su colección barroca, conocen ermitas coronadas por obras de artes y modestas salitas junto al altar que muestran orgullosas su legado. Todo en muchos casos es fruto de la entrega gratuita de personas que confiaron su patrimonio artístico a la Iglesia porque su gestión les resultó la más asegura. Estos sesenta y dos profesionales han llegado a Córdoba con el fin de compartir experiencias y dificultades, intercambiar programas y seguir profesionalizando su labor . Para quien siga teniendo dudas sobre la intención de servicio que les anima, solo les diré que han buscado aquí convertir sus recintos en recurso educativo. Convertir en aprendizaje lo que la Iglesia tiene , mostrarse para compartir mucho de lo pequeño.

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