Política Municipal

El «pego» de cambiar el callejero

Los vecinos del parque Cruz Conde, Cañero y Vallellano no ven necesario dar nuevos nombres a las calles

Entorno del parque Cruz Conde R. CARMONA

R. V.

Hay tres puntos emblemáticos de la ciudad que pueden estar marcados para cambiar sus nombres si lo decide la comisión recien aprobada por el Ayuntamiento, que pretende revisar el callejero franquista. Son el parque Cruz Conde , que hace referencia a un alcalde de la ciudad durante el franquismo, la plaza de Cañero , acusado de haber participado en la represión contra los republicanos, y la avenida Conde de Vallellano , que hace referencia a un ministro de Franco.

En cada una de esas zonas de la ciudad los vecinos se muestran contrarios a mirar atrás por razones que van desde la mayor importancia de los problemas actuales hasta la propia identidad de los barrios, pasando por la fuerza del tiempo, la escasa importancia de este hecho o, simplemente, porque lo ven como un «pego» , esa forma cordobesa de referirse a las cosas nímias.

Donde más clara tienen la negativa al cambio es en el barrio de Cañero, donde la plaza principal del barrio recoge el nombre del polémico rejoneador . «No me gustaría ese cambio porque este barrio surge de una donación de tierras de Cañero. Posiblemente haya otras opiniones, pero se conoce así al barrio por aquella donación», recuerda Josefa García, de 67 años y vecina del barrio, que recuerda que «han cambiado nombres de calles, pero la plaza espero que se quede igual».

Expresa, quizá, el límite de lo que los vecinos pueden aceptar y lo que no. Parece no ser lo mismo, a ojos de muchos vecinos, una calle secundaria que un espacio central de un barrio. Se suma a esa opinión Alfonso Mármol, de 83 años, que recuerda que en las proximidades de la plaza de Cañero se ha cambiado el nombre de una calle, dedicada al ministro de Franco Javier Martin Artajo , sin mayor problema, pero espera que «no se le cambie el nombre a la plaza».

Es la misma opinión de Eduardo Pérez, que en el bar de la asociación Nuevo Cañero se hace eco de la voz de muchos vecinos que «no quieren que se cambie el nombre». También Francisco Rodríguez, de 25 años y camarero del bar Hollywood, subraya la antigüedad del nombre, «de toda la vida», y tira de localismo para calificar la idea de la comisión:«Es un pego».

En la zona de Vallellano las respuestas son parecidas, aunque no hay tal identificación con el nombre como en Cañero. «Está superado, la historia ha pasado y se debe cambiar todo o no cambiar nada , porque pueden molestar cosas de cualquier época», afirma Francisco Javier, a lo que responde Beatriz que «no hay que recordar a gente que hizo cosas negativas». Ambos, veinteañeros, son partidarios de dejar las cosas como están. Es de la misma opinión Paco, de 74 años, que pasea a su perro por la zona y utiliza el localismo nada más escuchar la pregunta:«Es un pego. Se nos va la vida mirando al pasado. Hay que buscar soluciones para los chavales de 20 años, eso es lo importante».

En el parque Cruz Conde, Juan Ramón, de 61 años y usuario del parque como corredor, cree que hay que diferenciar porque «esos nombres, tan significativos y ligados a la vida municipal y no tanto al franquismo, se deberían mantener». Le da la razón en el entorno del parque Julián, un vecino de 65 años que pide diferenciar según «el papel que tuviera durante esa época». En la zona, Sergio García, de 52 años, discrepa:«Es perfecto que quiten cualquier nombre que recuerde a esa época. Con que alguien haya sido colaborador, debería desaparecer del callejero por haber estado involucrado y no debería recordársele».

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