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Patios de Córdoba | El último sábado de la fiesta, entre la bulla y el orden

Miles de visitantes han llenado los recintos en una jornada muy calurosa

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Colas en la jornada del sábado para acceder a uno de los patios Ángel Rodríguez

R. Verdú

Hay turistas madrugadores y ordenados , que planifican bien sus viajes para ver cuántas más cosas mejor; otros que prefieren dejarse llevar sin prisa y sin concierto guiados por los encantos de los lugares que visitan. Bien podrían ser los famas y cronopios inventados por Julio Cortázar. De los dos tipos ha habido en el último sábado de los Patios de Córdoba, pero a tenor de lo visto desde las primeras horas del día, parecen predominar los primeros.

Los recintos abren sus puertas a las 11 de la mañana , pero desde mucho antes de esa hora ya había colas en San Basilio-Alcázar Viejo, el barrio con más solera en el Concurso de Patios ya centenario. Los turistas lo saben (casi todos vienen bien informados del hotel), pero no les importa aguardar las colas que hagan falta con tal de poder conocer algunos de los patios más lustrosos del festival. Todos los son, pero unos tienen más fama que otros. De ese modo, a las 10 de la mañana ya se estaban formando las primeras colas para entrar en alguno de los patios de las calles Martín de Roa, Postrera, Duartas y, sobre todo, San Basilio .

Allí aguardaban paseando con calma dos italianos treintañeros, ambos de nombre Marco, que están pasando el fin de semana en casas de unos amigos. Las amistades, de origen cordobés, no tenían mayor interés en visitar lo que ya conocen, así que los dos Marcos se disponían a hacer sus propias rutas de patios partiendo de San Basilio. «Sabíamos que estaban los patios, pero no sabíamos que esto era un concurso y que se daban premios y todo», afirma uno de ellos en un español casi perfecto.

También sabían, aseguraban, que era normal ver multitudes en las puertas de los patios y colas para entrar . Tampoco les importa porque «no tenemos prisa y hemos venido temprano. Además, parece que está todo bien organizado ». Y es cierto. A pesar de la gran cantidad de gente que pudo verse en el último sábado de patios, las colas eran fluidas y no era necesario esperar más de 10 o 15 minutos para poder entrar a una de las casas. Al fin y al cabo, los patios no son la galería florentina Uffizi . En Córdoba la gente entra y sale continuamente de los patios y no pasan dentro más de 5 o 10 minutos, lo justo para ver el recinto y, sobre todo, hacer fotos, muchas fotos. Aunque hay algunos patios que tienen prohibido el uso de cámaras y tampoco se puede usar el móvil con esos fines. Son casas privadas y sus dueños pueden establecer las normas que quieran, aunque esto último es algo que desconocen muchos de los visitantes.

Turistas en los patios durante la jornada del sábado Ángel Rodríguez

Es lo que les pasó a Josefina y Manuel , jubilados que llegaron el jueves a Córdoba junto con un grupo mucho más numeroso de amigos de Madrid y Toledo. «Es la primera vez que venimos a los patios, aunque Córdoba sí la conocíamos de hace tiempo, y nos ha sorprendido muchísimo y para bien», aseguraban al tiempo que decían estar «encantados con los geranios, los claveles y las buganvillas». Los primeros días de su estancia los dedicaron a recorrer los principales monumentos de la ciudad y, de paso, conocer algunos patios. «No había tanta gente como hoy y se podían ver fácil. Nos ha encantado cómo están los patios y la amabilidad de la gente», afirmaban a las puertas de un patio de San Basilio. Ya habían estado en otras zonas como San Pedro y este sábado pensaban completar la ruta de San Basilio y, con tiempo, llegar hasta Santa Marina.

Colas ordenadas

El orden en las colas, así como la fluidez , era una de las características en uno de los patios más visitados del certamen, el de Marroquíes, 6 en Santa Marina . Poco después del mediodía, unas 200 personas aguardaban su turno para entrar en este espacio singular que dispone incluso de talleres. Por su amplitud, permite más facilidad para entrar y salir.

Tras recorrerlo, Alberto y María Jesús comentaban «lo increíble y lo bien cuidado que está el patio, es el que más nos ha gustado». Habían llegado el mismo sábado desde Madrid para pasar el fin de semana junto con sus hijos y durante la mañana pudieron ver varios patios por la zona. «Aunque haya que esperar un poco, merece la pena », decían y declaraban su admiración por «las buganvillas , que están espectaculares». Su hija Patricia declaraba que «a mí también me han gustado las buganvillas, aunque me entra la risa cuando digo la palabra». Vaya usted a saber por qué, cosas de adolescentes.

Visitantes en un patio de San Basilio Ángel Rodríguez

Al mediodía algunas nubes dieron un respiro en una jornada en la que en Córdoba se llegó a los 35 grados oficialmente. En algunos puntos de la ciudad se alcanzaron probablemente los 40 grados, aunque los patios tienen un microclima propio que los hace más refrescantes.

Eso lo agradecían Fernando y Tomás , dos visitantes de Valencia que esperaban a sus mujeres cerca de la calle Parras , donde dos patios reciben a los turistas. «Ya sabíamos que esto es Córdoba y que iba a hacer calor, pero ahora se está bien», decían. ¿Y lo que más les ha gustado? «Como patios, los de la calle San Basilio, pero todos tienen las flores muy bien cuidadas y se nota el trabajo que hay detrás», apuntaba Fernando. «Y el colorido que tienen los patios», apostillaba Tomás mientras mostraba algunas de las fotos en su cámara semioprofesional. «Me gusta la fotografía y los patios son muy fotogénicos. He hecho más de 200 fotos », se despedía.

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