REPORTAJE

Patios de Córdoba | «Necesitamos brazos jóvenes para que esta tradición siga adelante»

Tres propietarios que han desistido de presentar su casa al certamen relatan por qué se desilusionaron

Manuela, la propietaria de Guzmanas, 4, que hace años que no monta el patio VALERIO MERINO

Rafael a. Aguilar

El caso del patio del número 9 de la calle Martín de Roa es parejo al de varios más que cada año se presentan al certamen municipal: todo sale adelante más por la voluntad de los vecinos que lo habitan que por el oxígeno financiero que reciben de las administraciones, y en concreto del Ayuntamiento de Córdoba. Lo resume Manuel García, uno de los inquilinos del inmueble, en la terraza de la casa, emplazada en el barrio del Alcázar Viejo .

«El Ayuntamiento nos da tres mil euros cada año, pero lo hace tarde, en agosto, cuando nosotros necesitamos el dinero en marzo o en abril para poder comprar todo lo que necesitamos para adornar el patio», declara este hombre junto a María Torres, la moradora más veterana del vecindario.

Los inquilinos de Martín de Roa, 9, en el Alcázar Viejo VALERIO MERINO

Manuela tiene 85 años y vive desde hace décadas con su marido y sus hijas —ahora solo queda una en el hogar— en la casa número 4 de la calle Guzmanas, a un paso de la plaza de San Juan de Letrán . «Nos han dado muchos premios, entre otros el primero. ¿Que por qué ya no lo montamos? Porque estamos mayores y esto tiene muchísimo trabajo. Se necesitan brazos jóvenes para poder estar a la altura», reflexiona la dueña del inmueble. «Sí, esto está hecho pizcos, así como lo tenemos el patio no luce. Las fotografías que están colgadas en las paredes de cuando el patio estaba cuidado y a punto son a lo que me agarro cuando me entra la pena. Con lo que hemos sido», suscribe Manuela.

El tiempo libre que dio la crisis

Antonio Poyato es uno de los inquilinos de la célebre Casa de Paso de Santa Marina, que comunica la plaza de La Lagunilla con Marroquíes, y uno de los artífices de que el inmueble, muy cercano al de la última de las calles citadas que suele copar los premios de más enjundia cada año, se presentara al certamen en las ediciones de 2012 y 2013. «Era el momento: estábamos en plena crisis y algunos vecinos nos habíamos quedado sin trabajo, así que era una oportunidad para invertir tiempo en recuperar la tradición», comenta Poyato.

Miguel Ángel Palomares, dueño de Juan Rufo 19 B VALERIO MERINO

Miguel Ángel Palomares, uno de los dueños de la casa del número 19 B de la calle Juan Rufo , relata con cierta amargura que «hace un par de años empezamos a presentar el patio, y después de dos años seguidos de participación hemos decidido dejarlo, porque nos sentimos desilusionados». Las razones de la queja son múltiples. Una de ellas es la incomprensión que él y la otra persona que vive en la casa sienten de la ciudadanía y del Ayuntamiento. «La gente no sabe el trabajo que cuesta montar un patio: hay que trabajar con muchos meses de antelación», explica. Con los dos vecinos de la casa trabajando, «es muy complicado sacar tiempo para decorar el patio como nos gustaría», asegura Miguel Ángel.

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