Patios de Córdoba

Patios de Córdoba 2021 | Alcázar Viejo, cuando la postal se hace verdad

Los tópicos de la fiesta se revelan como realidades tangibles en doce recintos de gran variedad

Dos mujeres en la pila antigua del patio de Martín de Roa, 7 Valerio Merino
Luis Miranda

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Las connotaciones se acumulan en la cabeza cuando se dice Alcázar Viejo o San Basilio . Colas. Postales. El barrio de los patios. Gitanillas. Casas Antiguas. Cañas para llegar a los lugares más altos. Mucho turismo y bastantes esperas. Fotografías en blanco y negro para los que no pudieron vivir ciertas épocas.

Nada de eso es mentira cuando se consigue pasar el umbral de algún lugar y encontrarlo, pero el que visite los patios tiene que saber que lo que ha visto en una foto y e n el relato es cierto , y que ni siquiera la deformación de lo que se manosea puede con ellos. Incluso después de las largas colas.

Sí, los Patios de Córdoba que más han salido en las postales son los del Alcázar Viejo, pero son reales. La pila antigua con que se recibe en Martín de Roa, 7 , el pozo y los rincones entre sus escaleras son tan ciertos como que en el número 2 el patio parece excavado en la muralla, y que el viejo lienzo es el fondo de las plantas tanto como la cal.

Muchos han pasado por el número 44 y han admirado que en la galería superior las flores estén a punto de reventar, pero sólo los que están en el centro y empiezan a ver detalles saben que es cierto, porque allí hay un pozo y una alacena , el bolo cordobés del suelo y la sensación de que de un momento a otro saldrán vecinos de las casas.

Una mujer observa uno de los patios del Alcázar Viejo Valerio Merino

Lo sabe bien José Luis Luque , que nació en la calle Postrera y que ahora abre su casa en la calle Duartas. En sí misma esa vía, como todas las de alrededor, es un patio por su estructura cerrada y porque hay macetas en las puertas de casi todas las casas.

Dentro, en el número 2, José Luis Luque cuenta cómo eso de los aforos , que en su casa son de siete personas, ha servido para que la visita sea más agradable para los que llegan y para que puedan disfrutar mejor. No sería mala idea dejarlo así o con un poco más.

Hay restos arqueológicos y patios que se han renovado pero no han podido dejar de recoger el espíritu que les rodea y por eso también se llenan de macetas y de árboles, y hay que mirar arriba para encontrar claveles y pendientes.

Patijo de Martín de Roa, 2 Valerio Merino

Bullen las gitanillas por todas partes, hay rosales de pitiminí y dalias, esparragueras y azucenas , escaleras y pozos, y piedra cordobesa que se riega por las noches para dar calor. Baños de zinc y cocinas antiguas se ven por los rincones. Es el tópico y es la verdad.

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