LA REGADERA

Patios de Córdoba de 2018: Postrera, 28

En esa última calle del Alcázar Viejo, que también es primera, encontramos una de las perlas de los patios de Córdoba

El dueño de Postrera, 28 muestra algunas macetas de su patio VALERIO MERINO

ESTRELLA FERNÁNDEZ-MARTOS

NO recuerdo la primera vez que paseé por la calle Postrera siendo consciente de su nombre y de su trazo, pero entonces la aprendí como el papel de envolver de todo el barrio de San Basilio, que de muralla a muralla guarda casas y calles blancas salpicadas de patios guardados, flores de colores, pozos, tabernas de buen comer, cante, vida familiar y mucho sabor. Y justo ahí, en esa última calle del barrio, que también es primera, encontramos una de las perlas de los patios de Córdoba.

EN el número 28 de la Postrera podemos visitar uno que ahora es el centro de la vida de una sola familia, aunque llegaron a compartirlo tres. A pesar de ser pequeñito no le falta un detalle. Ni el misterio que le confiere el acceso. Pozo, caña y regadera. Todo el agua. Y tabla de madera de lavar, eso también. Recibe a los visitantes Rafael, su cuidador. Es de admirar la dedicación de los cuidadores de los patios que han aprendido de las plantas y sus particularidades transmitiendo su saber de padres a hijos.

«Es de admirar la dedicación de los cuidadores que han aprendido de las planta transmitiendo su saber de padres a hijos»

PODRÍAN algunos imaginarse que fueran jardineros profesionales y que un patio se monta en unos días como quien prepara una exhibición y no es así. Rafael podría contar la historia de cada maceta de las que están ahí, de cada planta, las capas de pintura que lleva dadas a las paredes. Porque las ha dado él, con sus manos, y las ha regado junto a los suyos durante todo el año.

LA variedad más curiosa que tiene es una de la familia del Kalanchoe que campanea alegre frente al pozo junto al que hay una preciosa tinaja donde brotan margaritas blancas. Qué tendrán las margaritas blancas que siempre me evocan campo, playa y vacaciones. Cuáles serán esos recuerdos que han movido y que no identifico en este momento. Sean los que sean serán buenos. Margaritas blancas. Y a sonreír.

Macetón de margaritas en el patio de Postrera, 28 Estrella Fernández-Martos

DE entre todas las plantas y macetas, la de los claveles de su abuela con flor coral es la que Rafael señala con más natural orgullo. Son muchas las leyendas que rodean flor tan sencilla. Su nombre griego nos recuerda que fue considerada flor de Zeus, flor de los dioses. Desde antiguo es símbolo del amor juvenil e inocente, protagonista de cuentos, flor de las ferias, volantes y primaveras del sur, flores que adornan los calvarios de los Cristos que procesionaron por las mismas calles estrenando la primavera.

SÓLO al ver los claveles en su planta se entiende por qué se decía que eran las lágrimas de la Virgen María a los pies de la Cruz, que florecían antes de llegar al suelo. Y de entre todas las tradiciones de siglos, de distintos lugares e imaginarios, la más destacada en la calle Postrera, 28, es, quizá, la más enraizada y más valiosa para cada uno. La planta de los claveles de la abuela que, como cada año, ha vuelto a florecer y a perfumar el patio.

Patios de Córdoba de 2018: Postrera, 28

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