ESTUDIO
La pasión política y progresista de José de Espronceda
El profesor cordobés Diego Martínez Torrón recopila en un libro la actividad del escritor
Un cuarto de siglo después, el profesor Diego Martínez Torrón culmina los estudios a los que ha dedicado una buena parte de su trabajo con distintas figuras. En 1992 comenzó con el estudio del romanticismo español , en el que realizó notables avances a la hora tanto de adelantarlo en el tiempo como de incardinarlo en la cultura europea de su tiempo y ahora se publica la obra que cierra todos estos trabajos: «El otro Espronceda» . Alfar saca a la luz esta obra sobre el escritor extremeño . En esta obra, Martínez Torrón analiza no sólo al José de Espronceda (1808-1842) autor de celebrados poemas y obras como «El estudiante de Salamanca» , sino también al político progresista, que desveló su pensamiento sobre todo en tres periódicos del siglo XIX: «El Siglo» , «El huracán» y «La revolución» .
Para el catedrático de Literatura Española de la Universidad de Córdoba, aquí está una de las mayores aportaciones de este libro, ya que permite acercarse a su pensamiento y a la forma en que procedió en la última etapa de su vida, algo que hasta este momento no se había hecho. El trabajo muestra a un hombre de ideas progresistas y republicanas , que fue diputado durante un breve periodo de tiempo en la Regencia del General Espartero , en los últimos años de su vida, que resultarían los más ricos en su producción y en su creatividad.
Tendencia mitigada
«Esta etapa de diputado quizás mitigó su tendencia revolucionaria y republicana, pero sus intervenciones en las cortes como diputado muestran ya creo a un intelectual maduro que quiere cambiar las cosas desde dentro del sistema, aunque siempre con una tendencia social», afirmó el profesor. «Conocía el s ocialismo utópico y el anarquismo, aunque su pensamiento no tenía que ver con ellos», afirmó Diego Martínez Torrón, que resaltó que estudios como este vienen a contradecir análisis del siglo XX que intentaron dibujarlo como un conservador.
La idea abunda en algo en lo que ya ha indagado Martínez Torrón en sus trabajos, y en la idea de que España no era un país tan atrasado en el siglo XIX como se pensaba. «No era un país de frailes retrógrados, sino que aquí se dieron las Cortes de Cádiz » y había entrado el pensamiento más avanzado casi en el mismo momento que en el resto de Europa.