Sociedad

Los padres de un niño con autismo severo y epilepsia reclaman a la Junta la plaza residencial que necesita

La conducta agresiva del menor, de 12 años, llevó a los profesionales a prescribir su ingreso hospitalario, pero el Gobierno andaluz no dispone de recursos públicos

Los padres de Andrés este jueves en la sede de Autismo Córdoba Valerio Merino

Irene Contreras

Andrés tiene 12 años y tiene autismo severo . Hace dos años se le diagnosticó, además, epilepsia . Su enfermedad mental le hace responder con una conducta agresiva ante situaciones de frustración. Explota de forma poco predecible si su rutina se ve alterada o si un estímulo, como un ruido, le molesta. Sus enfados le llevan a perder el control y derivan en agresiones . Contra él mismo, contra sus padres o contra su hermanita de tres años. Desde los dos años recibe atención terapéutica y desde hace tres se medica. Toma en la actualidad 12 pastillas al día , más las medicinas de rescate y emergencia que se le suministran cuando tiene crisis. Uno de los medicamentos que tiene prescritos ha afectado en los últimos tiempos a su metabolismo: ha engordado 20 kilos en siete meses. Andrés es un niño en el cuerpo de un hombre: tiene solo 12 años pero pesa 100 kilos y va camino de medir 1,80 metros.

Los padres de Andrés, Andrés Moreno y María Pacheco, de la mano de Autismo Córdoba, han hecho una llamada desesperada a las administraciones, así como a instituciones públicas y privadas. Hace un año, tras lesiones de cierta gravedad causadas a familiares y terapeutas, los profesionales que le atienden, tanto los de clínicas privadas como los del SAS, aconsejaron su ingreso psiquiátrico-terapéutico pero la Junta de Andalucía no dispone de ninguna plaza pública para casos como el suyo. Sí existe un centro privado en Málaga, con plazas concertadas, que es el único en toda la región -y quizás en toda España- especializado en casos como el del niño. La institución en principio aceptó el ingreso de Andrés. Sus padres llegaron incluso a visitar las instalaciones y a conocer a sus profesionales, pero acabó por rechazarlo por causas que hoy por hoy desconocen.

La Junta no tiene plazas públicas para enfermnos mentales menores, pero sí acuerdos con instituciones privadas. Un centro de Málaga aceptó su ingreso y después lo rechazó

Los progenitores del menor han realizado un relato ordenado de los pasos que han dado hasta llegar a la actual situación de desamparo. Tras la negativa del centro, lo intentaron por otras vías. En concreto solicitaron la tutela compartida con la Junta de Andalucía , que se les denegó por estar «bien cuidado» por sus padres. Si lo está, es a pesar de los limitados recursos de una familia a la que el problema le viene grande porque lo que el pequeño necesita es una atención médica especializada. El padre y la madre del niño han reiterado que su intención no es, ni mucho menos, «quitarse de encima» a Andrés. Él es la principal víctima de una situación y una inexistencia de recursos que «le impide alcanzar una estabilidad emocional y la felicidad que cualquier niño merece».

El caso de Andrés es de sobra conocido por las Delegaciones de Salud y Educación de la Junta de Andalucía en Córdoba así como de su principal responsable en la provincia, Antonio Repullo , con los que se han reunido en varias ocasiones, la última a principios del presente mes de febrero, en la que no hubo nuevas propuestas. También están al tanto el fiscal Fernando Santos Urbaneja -que está investigando y haciendo las gestiones que están en su mano- y la Oficina del Defensor del Menor , que ha solicitado un informe al respecto a la Dirección General de Asistencia Sanitaria del SAS. Los padres de Andrés están moviendo cielo y tierra de la mano de Autismo Córdoba para encontrar recursos que permitan a su hijo estar adecuadamente atendido, pero se sienten en una calle sin salida .

La Junta está al tanto del problema de estos padres, que se sienten «en una calle sin salida» y ruegan la creación de una plaza para Andrés

Han renunciado a la vía judicial . No tienen fuerzas, explican, para iniciar un camino que ni siquiera arroja certezas: el problema es que no hay plazas en centros preparados para atender a Andrés, un niño indefenso con una discapacidad severa. Ruegan a la Junta de Andalucía que cree una plaza para él o que adapte una de las ya existentes a sus necesidades. Lo único que quieren, explican, es que su hijo esté atendido. Desde Autismo Córdoba han señalado además que el caso de Andrés no es único. Al menos el 10 por ciento de las familias asociadas a la institución (que corresponden a unas 15 o 20 en Córdoba) se enfrentan a conductas agresivas derivadas del autismo .

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